33.

16.7K 1.3K 77
                                    

—Seguro que es mi madre —digo mientras me bajo para coger el teléfono que está en el coche

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Seguro que es mi madre —digo mientras me bajo para coger el teléfono que está en el coche.

Abro la puerta y rebusco en el asiento. Al final lo encuentro debajo de él. Se me debe haber caído al bajar. Lo desbloqueo y veo que no es ninguna llamada. Es un mensaje de la aplicación por la que hablo con Skyhitter. ¿Está despierto a estas horas? Lo abro y veo que me ha contestado a lo último que le dije.

—¿Te está buscando? —me pregunta Wade refiriéndose a mi madre.

Bloqueo el teléfono y lo dejo sobre el asiento. No sé por qué me siento mal por ocultárselo, ¿pero qué le voy a decir? ¿Que llevo meses hablando con un chico que no conozco y que, casualmente, él estaba en la lista de candidatos? No, obviamente no.

—Es Abby, solo quiere saber qué tal me ha ido.

—¿Y qué la vas a responder? —añade apoyándose en el coche junto a mí.

Si se cree que me va a intimidar con su pose de chulo lo lleva claro.

—Normalito —respondo para picarle.

—¿Ah sí?

Se empieza a acercar poco a poco. Me mantengo inmóvil. No tengo ni idea de qué va a hacer y ahora no sé si quiero descubrirlo. Entonces coge mis manos y las eleva lentamente por encima de mi cabeza, haciendo que nuestras caras queden casi pegadas.

—¿Estás segura? —susurra y un escalofrío recorre todo mi cuerpo.

Sus ojos me inspeccionan hasta que nuestras miradas se cruzan y no puedo aguantarlo más. Es como poner miel frente a un niño que adora el dulce. Cuando nuestros labios se juntan siento que saltan chispas entre nosotros. Bajo las manos cuando él coloca las suyas en mi cintura y, no contento con mis labios, baja hasta mi cuello para seguir besándome. Pequeños mordiscos hacen que mi piel se erice y sienta en el abdomen una tremenda presión.

Me sujeto a él colocando una mano sobre su hombro porque temo caerme. Con la otra hundo la mano en su cabello revuelto por el aire y él regresa a mi boca.

De repente la imagen de Skyhitter se me aparece en la mente. No la de su cara, sino lo que representa, y siento que el estómago se me revuelve. ¿Qué estoy haciendo? Reúno el valor y aparto a Wade colocado las manos sobre su pecho a modo de barrera entre nosotros. Al instante me arrepiento.

—¿Podemos volver a casa?

Es lo primero que se me ocurre decir. Él asiente.

—¿Va todo bien?

Me mira con preocupación y yo trato de sonreír lo más natural posible. Él parece creérselo. Me encantaría volver a abrazarle.

—Sí, es solo que estoy cansada.

Después de besarnos, se me debería de caer la cara de la vergüenza por decirle eso. Wade no dice nada y se mete en el coche. Me siento mal, pero creo que es lo correcto. No puedo tener dos frentes abiertos al mismo tiempo y pretender que sea algo normal. Para algunas personas lo será, yo no puedo besar a Wade y seguir hablado con Skyhitter sin darme siquiera una oportunidad para conocerle.

Conquistando al chico de mis sueños © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora