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Me siento en el sofá después de beberme otro de los vasos que Jude me ha ofrecido

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Me siento en el sofá después de beberme otro de los vasos que Jude me ha ofrecido. ¿Cómo me voy a negar a algo que me ha ofrecido él? Es la primera vez que me invita a algo, aunque en realidad no sea algo que haya pagado él. Bueno, ni nadie. ¿Quién compra la bebida en las fiestas? ¿Y de quién es esta casa?

No está demasiado tiempo sentado conmigo y temo que sea porque estoy un poco borracha, as'que dejo el vaso encima de la mesa y me doy cuenta de que Harper y dos amigas suyas me miran analizándome de arriba a abajo como si fuese un ejercicio de física que no comprenden. Me río y ellas arrugan más la nariz. Se me ocurre hablarles.

—¿Venís mucho a estas fiestas?

Sus caras son de confusión. En un estado normal estoy segura de que no me habría atrevido a hablar con ellas, pero ahora es diferente. El alcohol corre por mis venas, lo que me da el valor que no tengo y, además, estoy haciendo un papel y tengo que seguir con él.

—Esa falda te queda un poco pequeña, ¿no crees? —me dice una de las chicas en tono despectivo. No recuerdo cuál es su nombre. ¿Abeja número dos?

Me la bajo un poco inconscientemente y me remuevo nerviosa en el sofá. Si lo que quiero es hablar con ellas, tengo que recargar energías. Recupero mi vaso y doy un trago.

Se me ocurre hablar de su cerebro y de lo pequeño que es en comparación con mi maldita falda, pero tengo que tratar de ser simpática y no pensar que mis piernas están siendo observadas más de lo normal.

—A mí me parece cool —comenta la abeja número tres. Ella parece más simpática—. Vamos, cuéntanos sobre Wade.

Ella es morena, en comparación con las otras dos, y su tono es más amable.

—Estamos saliendo —contesto encogiéndome de hombros. Bebo otro trago. Esto es complicado.

Harper sigue analizándome sin decir nada.

—Ya lo habéis hecho, ¿no?

—Emmm...

—Con Harper lo hizo la primera semana —vuelve a hablar la número dos. Se nota que es la que siempre defiende a su reina.

—Déjala, ¿no ves que es una mojigata? —añade Harper en tono burlón.

—Sí, hemos follado, si es lo que preguntas —contesto y las tres me miran pasmadas.

No se esperaban que respondiera y lo cierto es que yo tampoco esperaba decir nada y mucho menos eso, pero creo que el espíritu maligno verdaderamente me ha poseído. Están intentando jugar conmigo y tengo que ser más lista que ellas. O al menos más rápida, pues mi nivel de inteligencia está disminuyendo poco a poco al estar con ellas.

—¿Y qué tal? —pregunta la morena, acercándose un poco a mí con interés.

Nunca me habría imaginado que captaría el interés de una de las abejas.

Conquistando al chico de mis sueños © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora