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Mis labios no han dejado de arder desde que he salido de la cafetería al tocar el timbre

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Mis labios no han dejado de arder desde que he salido de la cafetería al tocar el timbre. Ahora me arrepiento, pero tenía un motivo perfectamente justificado para hacerlo, él tiene que entenderlo. A ver, no es que no haya besado a nadie antes, no he cometido ningún crimen al hacerlo. Cuando vivía en la otra ciudad, jugaba a papás y mamás con un niño de mi clase. Nos besamos. Claro que teníamos como ocho años, ¿eso cuenta como primer beso? Si no... Mierda. Me niego a pensar que lo haya sido Wade.

—Es lo que hacen las parejas, ¿verdad? —le digo nada más salir de clase. Aunque compartimos algunas, he intentado evitarle a toda costa, pero no sé esconderme, y menos después de la publicación en el blog. Ahora todo el mundo sabe quién soy.

—Nosotros no somos pareja —susurra Wade acercándose a mí todavía con expresión de confusión. Al sentir su cercanía se me eriza el vello. Me abrocho la chaqueta con más fuerza y me meto en su coche.

—Ahora Harper y Jude no dudarán.

—¿Lo hacían? —me cuestiona tras sentarse de lado para verme mejor.

—Abby escuchó hablar a... —comienzo, pero me corrijo rápidamente para no decir su apodo delante de él—. A las amigas de Harper.

Se queda en silencio. Arranca el coche y cuando el motor deja de rugir me vuelve a mirar.

—¿Y la norma? ¿La eliminamos? —añade recordándome aquel trato que los dos habíamos firmado.

—No, claro que no. Esto solo ha sido un hecho puntual.

Wade alza las cejas y esboza una sonrisa socarrona.

—¿Estás segura de que no quieres repetirlo?

Se acerca a mí lentamente y me observa con el brazo apoyado en el soporte de en medio. Aprieto los labios y siento que el corazón se me acelera. Estoy segura de que me ha drogado cuando le he besado y por eso estoy así. Sacudo la cabeza y miro al exterior.

—Lo único que quería era que no hablasen de mí. —Él suspira y vuelve a su posición inicial—. ¿Has visto la lista?

Asiente y me cruzo de brazos.

—Ignórala. Es una gilipollez.

—Es fácil para ti. —Me abrocho el cinturón y me meto las manos en los bolsillos de la chaqueta—. Llévame a casa.

Escuchamos la radio local durante el camino y cuando aparca frente a mi puerta, me coge del brazo para que no salga. Le miro extrañada.

—Si Harper ha hablado a sus amigas de nosotros eso es que está celosa.

—¿Tú crees?

Realmente no conozco a Harper como para saber cómo reaccionaría. Tampoco sé lo que siente por él, es un poco difícil de interpretar. Lo único que sé es que es bastante soberbia y que casi nadie la soporta, ya que suele criticar a casi todo el que pasa por delante de ella o la mira. Nadie quiere estar en la boca de Harper si no es para besarla. Lo que no entiendo es por qué Wade está tan enamorado de ella.

Conquistando al chico de mis sueños © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora