15.

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—He quedado, no puedo cuidar a Dani —le digo a mi madre mientras cojo mi abrigo algo apresurada

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—He quedado, no puedo cuidar a Dani —le digo a mi madre mientras cojo mi abrigo algo apresurada.

—Mariana Martínez —insiste ella sin moverse del sofá. Sabe que la respeto lo suficiente como para hacerla caso y más cuando pone ese tono pasivo-agresivo—. Sé que Abbigail no me dijo la verdad el otro día, así que si no quieres que te vuelva a preguntar, cuidarás de tu hermana este fin de semana.

No entiendo por qué las madres usan los nombres completos de las personas cuando se enfadan.

—Pero... ¿todo entero?

Tengo que convencerla para que me deje un rato libre. Celebran la fiesta de cumpleaños de Owen, uno de los del equipo, y Wade me ha prometido que avanzaríamos en nuestro plan. He decidido retomar mi objetivo de conquistar a Jude a pesar de que no es Skyhitter, me gusta y eso no debe impedir que me acerque a él. O al menos lo intente. Y en cuanto a mi amigo por internet, él me confirmó que jugaba en el equipo de fútbol, una fiesta es la mejor oportunidad para investigar.

—Ya sabes lo que pasa este fin de semana —añade, esta vez mirándome. Su mirada parece más tranquila.

No, no sé lo que pasa.

Me quedo mirándola confusa. Ella resopla y se levanta para acercarse a mí.

—George y yo... —contesta para ver si me empezaba a sonar—. ¿Aniversario?

—¡Dios! ¡Se me había olvidado! —digo llevándome las manos a la cabeza.

Había pensado en regalarles algo y se me ha olvidado por completo. Qué desastre soy, dios mío. Llevan planeando este viaje desde hace tanto tiempo que mi cerebro había decidido omitirlo por cansancio.

Lo menos que puedo hacer por ellos es cuidar de mi hermana.

❤❤❤❤❤

—Los pañales los he cambiado al armario del pasillo. Hay de sobra para estos dos días —explica mi madre abriéndolo para enseñármelo por quinta vez en el día—. También tienes ropa aquí por si se mancha.

Se cree que no sé todo esto. Cuando ellos no están, la que la cuida soy yo.

—He dejado leche en la nevera. Solo tienes que calentarla unos minutos y comprobar —insiste alzando un dedo—. Comprueba siempre la temperatura.

—Jul, ella puede hacerlo.

Menos mal que George siempre está para rescatarme. Este me sonríe y tira de mi madre para que me deje tranquila.

—No dejes nada pequeño por el suelo porque sabes que lo coge y se lo puede meter en la boca.

—De acuerdo —contesto siguiéndola el rollo algo divertida.

Estoy deseando que se marchen para tener algo de paz.

—Y aquí tienes los números de las personas a las que puedes llamar si pasa algo.

Conquistando al chico de mis sueños © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora