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Cada vez se ve menos

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Cada vez se ve menos. Aquí arriba no hay ningún tipo de luz, ya que la luna hoy ha decidido quedarse minúscula. Por si eso fuera poco, siento que hay bichos por todos lados.

—Tenemos un grave problema —digo después de haber estado un rato hablando sobre las cosas que le hacía a su hermana para que se enfadara.

—¿Hambre?

—¿Cómo lo sabes?

—Parece que tienes un dragón dentro —contesta riendo.

Se gira y de la mochila saca una linterna, varias bolsas de patatas, unos bombones que seguro son de Hoosier y mis golosinas favoritas. Las cojo sin pensármelo dos veces y me meto un par en la boca. Están deliciosas, madre mía. Wade me mira y se ríe.

—Están riquísimas —me excuso y cojo unas cuantas más.

—Parece que al final la mujer del bar estaba equivocada.

—¿Equivocada? ¿Con qué?

—Con las cosas que te dan placer.

Me quita un puñado y se las come.

—¿Perdona? —añado perpleja.

—No necesitas a nadie, solo esto —señala la bolsa de chuches—. Eres dulcenómana.

—¿Qué es eso? ¿Ya te estás inventando palabras?

No le entiendo, así que le ignoro. Cojo más chuches y, gracias a la luz de la linterna, veo que se queda mirándome. Entonces me doy cuenta de lo que quiere decir. Miro la bolsa y mi mano intermitentemente. Al ver que lo he comprendido, se empieza a reír con fuerza y le doy un empujón.

—Tengo sed —digo para que se calle.

Saca dos refrescos.

—Qué fácil es contentarte.

Me encojo de hombros, sonriente, y disfruto del manjar que tengo frente a mí. Cuando acabamos, nos volvemos a tumbar mirando al cielo.

—Oye, ¿por qué me has contado lo de tu hermana?

—¿A qué te refieres?

—Podías haberlo hablado con tus amigos.

Me mira.

—¿Te molesta que te lo haya contado? —pregunta con tono de confusión.

—No, no —insisto mientras me giro—. Solo quiero entenderlo.

—Porque puedo confiar en ti.

Vaya, eso no me lo esperaba. Trago saliva y le observo.

—¿Nadie más lo sabe?

—Ocurrió antes de que tú vinieras —empieza—. Hicieron un pequeño homenaje en su colegio, pero me encargué de que en el instituto nadie tratara de recordármelo.

Conquistando al chico de mis sueños © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora