23.

16.3K 1.4K 32
                                    

Abby ha conseguido convencerme para salir a tomar algo a un bar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Abby ha conseguido convencerme para salir a tomar algo a un bar. Aunque no tenemos la edad legal para pedir una copa con alcohol, ella tiene un carnet falso y estamos compartiendo una bebida de fruta con ginebra. Por lo visto ya ha estado otras veces con unos amigos que conoció en un concierto.

—¿Me vas a contar lo que ha pasado con Wade?

—No ha pasado nada —respondo haciéndome la tonta mientras remuevo los hielos con la pajita.

—¿Ah no? ¿Y por qué no viene con nosotras en los descansos? —inquiere y me quita la copa para beber.

La observo con los ojos entrecerrados. Resoplo y me recuesto en el asiento.

—No quiero hablar de él.

—Ya, pero tarde o temprano lo vas a tener que hacer, así que escupe.

—No ha pasado nada Abby, todo va bien —contesto sonriendo, pero se me da tan mal mentir que me descubre nada más decírselo.

—Mentirosa.

Se cruza de brazos y se acerca a mí para hacer presión. Es buena. Mantenemos la mirada durante una eternidad hasta que me rindo. No tiene sentido seguir callándomelo. Si ya se ha acabado, ¿para qué guardar el secreto más tiempo? Me está quemando por dentro.

—Nunca llegamos a salir —aclaro finalmente y siento que se me quita un peso de encima—. Bueno, a salir sí, pero me refiero a que no era real.

Abby me mira alzando una ceja.

—Vale, eso ya lo sabía. Ahora quiero que me cuentes la verdad.

La miro, perpleja. ¿Es una broma? Si es su manera de reaccionar, es un poco extraña.

—¿Cómo que ya lo sabías?

—¿Me prometes que no te vas a enfadar?

El aire me empieza a falta y de repente siento que el bar se hace cada vez más pequeño. ¿Y si ha hablado con él o algo por el estilo?

—¿Qué has hecho? —pregunto de nuevo con el corazón disparado por culpa de la intriga. Ella sonríe con culpabilidad.

—Cogí tu cuaderno, ese de la flor que siempre llevas encima.

Sin dejar de mirarla, llevo las manos al bolso y lo busco solo para saber que está donde tiene que estar y no en manos enemigas.

—¿Qué has visto?

—La mayoría. Oye Mar, no te enfades —ruega buscando mi mano, pero no soy capaz de soltar el bolso—. Es que te veía muy desanimada estos días y necesitaba saber por qué.

—¡No puedes coger las cosas que no son tuyas, Abby! —la recrimino—. Tenías que haberme preguntado.

—¿Me lo habrías contado? Sé que no —se excusa y, aunque en parte tenga razón, me molesta que haya invadido mi intimidad—. Quería comprobar que estabas bien, pero lo que vi...

Conquistando al chico de mis sueños © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora