16.

17.4K 1.5K 82
                                    

Hoy va a ser día de moño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy va a ser día de moño. Voy a pasar todo el día con el pijama más viejo que tengo y un moño mal hecho con mi coletero favorito. Pondré las películas que quiera, leeré y cantaré las canciones que me gustan sin que nadie se queje por mis gritos. Es lo mejor del mundo y hace tanto que no puedo hacerlo.

Baño a Dani con cuidado y la doy de comer, procurando seguir las instrucciones de mi madre. Después como sobras que mi madre me ha dejado y me tiro en el sofá. De repente, escucho por el intercomunicador que empieza a llorar y corro para ver qué le pasa. Al cogerla, un olor asqueroso hace que me dé una arcada. Deja de llorar en cuanto la tumbo en el cambiador y me cuesta horrores abrir el pañal así que finalmente decido coger una mascarilla para aguantar.

Por fin consigo que se duerma, limpia y con el estómago lleno. Ahora soy yo la que apesta. Tiro la ropa en el cesto y me doy una larga ducha mientras escucho a un grupo que me ha recomendado Abby. Después, me pongo una de esas mascarillas verdes que siempre digo que me pondré y nunca lo hago. En la casa reina el silencio y por un momento me siento en paz completamente. Intento poner la mente en blanco y relajarme. Un blanco que hace hasta daño a la vista. Respiro profundamente y suelto el aire lentamente. Entonces suena el timbre y Dani empieza a llorar.

—Joder, ¿quién es a estas horas? —refunfuño mirando el reloj de la pared.

No espero a nadie, ni siquiera Abby, tiene el cumpleaños de unos tíos de no sé donde, por lo que seguro que se han equivocado.

Dejo el timbre sonar y voy a la habitación a por mi hermana. Las lágrimas corren por su cara y me da tanta pena que no me queda más remedio que cogerla. El timbre vuelve a sonar y alguien grita a lo lejos. Dani llora aún más, asustada. Le han despertado de su siesta.

Empiezo a dar saltos por la casa, bajo las escaleras y me acerco a la puerta. Quizá es algo importante. O puede que sea Abby que ha vuelto ya. Limpio las lágrimas nuevas a mi hermana y la doy un beso en la mejilla. Cojo las llaves y abro la puerta.

No digo nada, sorprendida. Hasta Dani deja de llorar, pero no dura mucho.

—¿Qué haces aquí? —pregunto extrañada mientras acuno a mi hermana, algo molesta por sus gritos.

—He venido a verte —responde Wade mirándome con una expresión de confusión como si no estuviesen claras sus intenciones a la vez que intenta entrar.

—No es buen momento —insisto mostrándole que tengo un asunto entre manos que no se calla.

—Ya lo veo. ¿Quién es esta niña tan preciosa? —habla acercándose a Dani, poniendo la voz que todo el mundo pone cuando habla con un bebé.

Entonces, y sin pedirme permiso, deja en el suelo la bolsa que ha traído y la coge haciendo de sus brazos una pequeña cuna para ella. Camina hacia el interior, ignorándome.

—No te he dado permiso para entrar —espeto al ver las libertades que se ha tomado. Él se balancea de un lado para otro y poco a poco mi hermana va bajando el tono.

Conquistando al chico de mis sueños © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora