2. Lluvia

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Podría ser que el hecho de verla a diario en mi casa y hoy no sea la razón por la que me pregunto ¿Por qué no vino? Digo ya es normal para mí verla todos los días pero desde antier no ha venido.

Veo a la mujer con la que e vivido todo el tiempo, caminar de la cocina al estudio sucesivamente y aveces salir con algunas radiografías en su mano, no creo que sea fácil ser mamá y neuróloga al mismo tiempo, pienso esto mientras la veo mover con un cucharón algo en una sartén y con la otra sostener la radiografía y alzarla a su vista.

- Yewon me comentó que a hablado contigo - la voz de mi madre hace eco en mi cerebro y lo primero que hago es alzar mis hombros.

- Solo me pidió su lapicero - No es para tanto como si hubiera hablado conmigo todo el día.

- Le prometí que le ayudarías con su examen de la universidad - es cierto ella es menor que yo, pero mi madre sabe que no soy muy bueno en los estudios por qué me habrá ofrecido.

- No - es lo único que respondo.

- Hijo ... - interrumpo sus palabras.

- No, sabes que no soy bueno en eso - me levantó del sillón y camino hasta la barra del comedor, apoyo ambos brazos en la barra y sujeto mi cara entre ellos - ademas ya te estoy ayudando trayéndola cada vez que mis entrenamientos terminan.

- Te ofrecí porque se que tú puedes ayudarla - ella dejó la radiografía sobre la barra y me miró con cariño - Ni siquiera me has preguntado para qué carrera va.

- Bien ¿Qué carrera quiere? - Solo pensaba que sea la carrera que fuera yo sería un asco de tutor.

- Teatro - la mirada de mi madre se iluminó y yo solo pude terminar de bajar mi cabeza a la mesa.

¿Teatro?¿en serio?

Como es posible que una chica que ni siquiera se acerca a las personas por miedo y que por esa misma razón no puede identificar las emociones y su rostro siempre permanece serio, quisiera estudiar teatro.

- Estás bromeando - Yo espero que así sea pero mi madre solo niega con su cabeza y vuelve al sartén - Y yo en que le puedo ayudar, si yo estudio música.

- Las dos son artes, además estos meses estaré muy ocupada en el hospital y esperaba que tú pudieras ayudarla -

- Pero que quieres que yo haga si esa niña sufre de pánico siempre, ademas no se como sea su examen, si es escrito tal vez pueda pasarlo pero si le hacen examen práctico dudo mucho que la acepten - tomó entre mis manos la radiografía sin entender que es lo que se refleja.

- Pues tendrás que investigar cómo será su examen - Mi madre me quito la radiografía de las manos - ella quiere entrar a tu universidad.

- ¿Por qué? - tal vez porque es la más prestigiosa en artes, es así como estudiar en bellas artes en México.

- Por qué no le preguntas mañana, dijo que vendría, parece que ha atrapado un resfriado me comentó su mamá que se encontraba enferma ... ¡pobre de mi Yewon! - ella apagó la estufa y se dirigió a su estudio.

Tendrías que haber dicho ... ¡pobre de mi hijo!

Me resigne, no tenía otra opción más que ayudar a esa niña, más que nada lo hacía por mi madre, ella demostraba mucho cansancio y despegarla un poco de Yewon era la única forma en la que podría ayudarla.

[...]

La sensación de haber olvidado hacer algo creció en mi cuando salí por completo de la universidad y estuvo en mí hasta llegar a la casa, un auto color azul se estacionó justo en frente de la puerta de mi casa, antes de que yo pudiera cerrar la puerta y ella bajó del asiento del copiloto, camino hasta llegar a mi lado y pasó sin decirme nada, cuando ella estuvo adentro de mi casa quien había venido a dejarla bajo el vidrio del auto, se trataba de una mujer lo más seguro es que fuera su mamá.

- Adiós cariño, vuelvo por ti al rato - la mamá de Yewon alzó su mano despidiéndose de nosotros y arrancó el auto.

Me le quede viendo unos segundo y por fin recordé que era lo que se me había olvidado hacer ... preguntar sobre el ingreso de los de teatro. Lleve mi manos a mi rostro y extendí mi brazo dejando la palma extendida.

- Dame tu teléfono - ella obedeció y dejó su teléfono en la palma de mi mano - Oye cuando una persona te dice eso por lo regular preguntas ¿para qué? O ¿Por qué? No se lo entregas como si nada, si un extraño llega y te pide tu teléfono se lo darías.

- Tú no eres un extraño -

Esta bien eso me sorprendió un poco.

- De un día a otro has decidido comenzar a hablarme - desbloquee su pantalla y para mi sorpresa su teléfono no tenía contraseña, ella se encogió de hombros.

le regrese su teléfono - Ese es mi número - Le dije señalando la pantalla - mándame un mensaje mañana y recuérdame pasar por tus papeles de inscripción.

Ella asintió y pasó a sentarse en una de las sillas del comedor, yo me senté justo enfrente de ella.

- De verdad quieres estudiar teatro - seguía sin creer que ella quisiera hacerlo y no podían culparme pero es que como iba a hacerlo, si para eso necesitaba ser tan sociable y expresionista, cosa que no era.

- Te sorprende, cierto - Creo que la estoy subestimando un poco, la voz con la que lo dijo fue completamente encantadora, pero su cara seguía siendo seria, como si no le importara nada. - Me gusta mucho el teatro y quisiera yo también poder actuar.

La voz con la que habló expresaba alegría pero no cuadraba con su rostro, este parecía estar en un funeral.

Hablaba algo lento y bajito lo que le daba aún más un toque infantil a su voz, eso y más aparte que su voz fuera muy delgada.

- Supongo que por eso has empezado a hablarme - recargue mi cuerpo completamente en el respaldo de la silla.

- De alguna forma - ella asintió

Estoy siendo utilizado por esta niña y no me desagrada saberlo.






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Dear Bird Where stories live. Discover now