40. Preparaciones y algo mas.

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Cada día que pasaba era quitado de la pizarra de corcho un pequeño punzón. Los habían colocado para marcar los días que faltaban para la presentación de la obra, eran en total 40 pero ya habían quitado la mitad y hoy me tocaba a mí retirar el número 20.

Nada había cambiado, las cosas con Yewon seguían siendo igual o peor. Ella había tomado por capricho no dejarme verla practicar sus partes, no tenía idea de lo mucho que quería oírla cantar mis letras.

Ella también ayudaba a los chicos con el vestuario, en sus tiempos libres la veía cortar tela y tomar la máquina de coser para formar los trajes, ese era el único momento que la podía ver. Yo trabajaba con la banda que ambientaría la obra, había que enseñarles el repertorio completo y afinar algunos instrumentos.

La vi pasar con una caja que dejó en el suelo cerca de la máquina de coser y después tratar de alcanzar otra caja que estaba arriba de la placa de madera, no la alcanzaba ni siquiera estando de puntillas y bufo molesta.

- Umji - susurre en voz baja.

Sonreí curveando mis labios y volví a afinar la tercera cuerda de la guitarra.

- Es todo por hoy - dije entregándole la guitarra al chico que estaba a mi lado - Tengo que irme.

Corrí la silla y me puse de pie, los chicos me dejaron pasar y camine hacia ella, aún intentaba bajar la caja y me quede parado detrás de su cuerpo. Sus manos cayeron rendidas a los costados de su cuerpo y se resignó de alcanzar la caja, entonces volteó, chocando contra mi pecho, sus ojos me miraron primero asustada y después sorprendida, ella retrocedió y yo di otro paso al frente, no tenía escapatoria. Mire la caja y después a ella que ahora solo miraba nuestros zapatos los cuales se encontraban tan junto que podían tocarse, quise decirle algo, pero no tenía idea de cómo empezar una conversación y suspire rendido antes de extender mis brazos sobre su cabeza y tomar la caja. Al bajarla me aleje solo un poco de ella, recibí una leve mirada de su parte y solo me extendió sus manos para que pudiera darle la caja. Lo hice.

Me di la vuelta y empecé a caminar hacia la salida, tan solo había dado dos pasos cuando volví a escuchar su dulce voz.

- Gracias - dijo firme y con voz fuerte.

Me detuve solo un momento, pensé que debí de tener él volar necesario para poder decirle algo pero al abrir mis labios, no pude producir ninguna palabra y me sentí ridiculo, así que avancé, dejando a la deriva la oportunidad perfecta para arreglar las cosas con ella.

[...]

No me importaba si él metrometro marcaba un compás de 1/4 o de 1/3, yo seguía tocando a mi manera, sin tomarle importancia a lo que estaba escrito en las partituras, solo moviendo mis manos y mis dedos como recordaba de memoria.

No hacía más que pensar en la pequeña chica de piel blanca cortando tela en un pequeño espacio seccionado para el equipo de vestuario. Todo el tiempo la veía haciendo eso, cuestione a Jin preguntándole si en realidad Yewon estaba practicando sus escenas, el solo sonrió y dijo; "Es la que practica más que todos", entonces le pedí que me diera su horario, él me lo negó y dijo que la misma Yewon había dicho que no quería que la viera. Eso jugó una contra en mi cuando intenté hablarle hace unas horas. Supongo que en realidad debo de ser tan idiota para no poderme disculpar con ella, aún y cuando ya pasaron 3 semanas.

-¡Min Yoongi! - mire al frente encontrándome con el rostro del maestro muy molesto, de seguro había estado llamándome desde antes - ¡deje de tocar ya! - pare mis manos que se encontraban tocando en automático y ya hasta habían vuelto a empezar la melodía - Todo el tiempo es lo mismo con usted ¿Le importa mi clase? ¿si, no? -asentí levemente- No, pero como puede importarle, si todo el tiempo se la pasa haciendo lo mismo ... ¿acaso soy un chiste para usted?, si se cree tan bueno debería de mostrarlo. ¡Repetí tres veces!, tres veces que subiéramos de escala y usted sigue tocando lo mismo desde el inicio de la clase. Sabe que ... solo váyase y regrese mañana, aunque no te aseguro que quiera dejarte entrar.

Salí al pasillo colocando la mochila en mi hombro y suspire cansado. Esta era la última hora y mis hombros se encontraban tensos por haberlos mantenido rígidos todo el día. Pensé que mi día iba a mejorar, pero incluso ahora uno de mis profesores me odia. Nunca le había tomado tanto interés a un asunto, como ahora. Es difícil mantenerme concentrado en algo cuando mi mente piensa en otra cosa y decido que es hora de ponerle fin a esto, necesito paz, no puedo seguir torturándome de esta manera. Salgo del edificio y de prisa dejo mover mis pies por el camino que conozco ya de memoria y que me acerca más a ella.

No hay nadie, eso lo sé, pero es lugar servirá para ensayar mis disculpas y al llegar a la entrada subo los escalones de dos en dos. Lo mejor de ser del equipo de la representación, es que cada persona tiene la llave del auditorio, es provisional, tendremos que regresarla al finalizar nuestro trabajo, pero eso te evita ir por el intendente y pedirle a este que te abra la sala, lo cual es muy bueno. Busco en el bolsillo de mi mochila la pequeña llave y doblo por el pasillo aún con la mano dentro de mi mochila, me detengo al ver que una de las puertas está entreabierta y retiro la mano del bolso. Lo primero que pienso es que alguien olvido cerrarla porque no podría estar nadie a esta hora, aún así inclino sigilosamente mi cabeza par ver si alguien está dentro.

Entró cuando no logró ver a nadie y me quedo quieto cuando ella sale del baño y también me ve.

- ¿Qué haces aquí? - Bien, eso no era lo que quería decir pero estaba intrigado.

Limpio sus manos a los lados de su pantalón y me miró neutral.

- Trabajando - había tres rollos de tela parados en un tubo y ella estaba enrollando el cuarto - ¿Tú qué haces aquí?

- No lo sé - esperaba no encontrarla pero supongo que es mejor así, si quería hablar con ella este es el momento perfecto, solo estamos ella y yo - Pero no esperaba encontrarte - sus ojos me miran igual que la primera vez, sin ninguna emoción - ¿Estas sola?

Ella asiente y termina de enrollar la tela.

- ¿Necesitas ayuda? - Supongo que a de pesar y ella asiente - puedo ayudarte.

- Esta bien - se aleja un poco y yo tomo la tela para dejarlas con las demás

- No deberías de arreglar esto - digo al ver que uno de los soltó un poco de tela.

Ella se acerca y comienza a darle vueltas al tubo para volver a acomodar la tela en su lugar. La veo mover sus manos y tener mucho cuidado para acomodar la tela, trato de recargarme sobre otro de los tubos y al poner mi mano, esta se desliza haciendo que mi cuerpo se impulse hacia el frente, tropezando a su vez con Yewon. Ambos caemos al piso, yo arriba de ella, mis manos a cada lado de su cuerpo ejercen fuerza para evitar golpearla con mi cabeza. Sus ojos estaban cerrados y movió su cabeza.

- ¡auch! - dijo y abrió los ojos, encontrándose con los míos que la miraban fijamente. Estaba sorprendida, no se movió, no volvió a cerrar los ojos y ni siquiera empujó mi cuerpo fuera de ella. El espacio se redujo tan solo a ella y yo; ya no había cajas, telas o cualquier otros artefactos del teatro. Sus pupilas estaban dilatadas y eran tan oscuras que incluso se podían perder en el color de su iris, su cabello castaño estaba desordenado ahora, y su cuerpo debajo del mío se sentía frágil y débil, no quería que nadie hablara, solo este momento era perfecto y sus labios se abrieron por segunda ocasión - Yoongi que ...

Sus palabras murieron cuando mis labios cubrieron los suyos, esta vez no era un accidente, yo tenía el impulso de besarla, quería hacerlo y ella no me alejo. Sus labios eran suaves y la tinta que los cubría sabía a cereza, no quería ir tan lejos y solo aleje un poco mis labios de los suyos, baje hasta colocar mi frente en su hombro y muy bajo susurre lo que quería decirle desde el inicio - Perdóname.

















...............
Más tarde en la nochecita actualizo Sol y Luna por las que también lo leen.

Dear Bird Where stories live. Discover now