Dear bird

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EPÍLOGO

Los rayos del sol se filtraban por las cortinas que eran claras, había intentado volver a dormirme pero ya era imposible hacerlo y abrí mis ojos.

La habitación completamente blanca, las cortinas se movían por el viento que se filtraba de la ventana que había quedado abierta, talle mis ojos acostumbrándome a la claridad de la habitación y en mi cuerpo la sensación de haber sido tocado estaba presente.

Ella esta aquí a mi lado, dándome la espalda, le gusta dormir de esa forma. La desnudez de nuestros cuerpos era cubierta por el cobertor azul que tenía mi cama, ella rodó dejándome ver su cara y la admiré dormir, se veía tan relajada. El cobertor se deslizó por su hombro al dar la vuelta y volví arroparla porque el aire en las mañanas era frío, pero antes de hacerlo mis dedos tocaron la pequeña marca rojiza que tenía ahora su pálida piel cerca de la clavícula.

Yewon se veía incluso más bonita al dormir, esa fue una de las razones por las que no me molesto que ella durmiera conmigo desde el primer día en que llegó.

Aún no puedo creer qué haya venido hasta acá solo por mi.

Y es que solo llevábamos apenas un año y meses de relación cuando decidí dejar corea y firmar con la disquera extranjera que papá me había conseguido, para eso entonces ella seguía estudiando y estaba preparándose para presentar otra obra de teatro, le dije lo que había decidido y ella me apoyó. No había tiempo que perder y dos semanas después de contárselo me encontraba arriba de un avión para ir a la entrevista. El despedirse fue horrible porque sabía que no volvería en un buen tiempo y ella, bueno ella, se quedaría sola más tiempo del que pensaba, aún así se hizo la fuerte, porque mientras me abrazaba en la sala de abordar se encontraba sonriendo y no lloro; no dijo nada que pudiera detenerme porque sabía que me quedaría si me decía que me necesitaba y mi corazón dolió un poco al ver como después de caminar hacia la puerta de abordaje y esperar a que las puertas se cerraran, ella se sostuvo de mi madre y agachó la cabeza, llorando por fin. Entonces el avión despegó y me fui antes de verla actuar un protagónico, mi padre me recogió al llegar y en mi mente aún se reproducía la misma imagen de Yewon con mi madre.

Difícil, todo fue muy difícil los primeros dos año. No lograba aprender el idioma del todo bien y mis letras eran sometidas a varias traducciones que luego terminaban haciéndoles perder todo el sentido, adaptar los ritmos de nuevo de acuerdo a la traducción me llevaba mucho tiempo y era desgastante. Todos los días me mensajeaba con Yewon y ocasionalmente nos llamábamos cada tercer o segundo día y ya llevaba poco más de un año sin verla. Estaba harto, enojado conmigo mismo, desesperado por hacer que las cosas funcionaran a la primera, que por una vez mis composiciones no fueran rechazadas por estar en coreano, y en el momento que estaba apunto de tirar todo mi esfuerzo por la borda y regresar a casa, ella apareció.

En realidad lo hizo, llegó como un ángel y volvió a salvarme.

Lo hizo él mismo día que yo pensaba partir sin avisarle a nadie. Estaba por comprar el boleto de avión por línea y alguien tocó a la puerta de mi departamento, era extraño, yo no solía invitar a nadie aquí y ya era muy tarde para que fuera la correspondencia o alguna paquetería. En un principio pensé no abrir la puerta, pero recordé una vez en la que Sam apareció porque quería verme y pensé que sería de nuevo ella, de verdad me sorprendí mucho al ver a Yewon con un bolso arriba de una maleta algo grande, más aún cuando sentí su cuerpo al abalanzarse hacia mí para abrazarme y comprendí que no era una ilusión, ella verdaderamente estaba aquí, realmente había venido.

Y el plan de irme desapareció, porque ella iba a quedarse conmigo.

"- No lo soporte - dijo negando sobre mi cuello - Y-yo te extrañaba mucho"

Dear Bird Where stories live. Discover now