CAPÍTULO 4: MAL DE AMORES

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- < Camina, salvaje. > -

Lena ya llevaba horas caminando por la playa custodiada por los dos Tritones y la Sirena. La llevaron a un muelle solitario al Este, deprimente era el lugar.

La subieron al barco, no a la fuerza, ella quería explorar el lugar por su cuenta a pesar de las miradas extrañas de cada uno de sus "captores".

La cubierta estaba despejada, pero había una silla con una sombrilla cubriendo a la mujer del sol. La empujaron quedando a pocos metros de la alta mujer. Para su sorpresa, escuchaba una canción proveniente de una sencilla radio colocado sobre la mesita de madera a su lado. Parecía moderna por las gafas de sol negras, un vestido con un corte de sirena dejando ver una de sus largas piernas níveas. Le sonrió sacándola de sus pensamientos. Lo admitía, tanto Sirenas como Tritones eran hermosos genéticamente, y muy atrayentes.

- < Una kriptoniana en mi barco privado. No ha habido alguien como tú haciéndolo en... ¿Cuánto? ¿Ciento cincuenta años? Tal vez más. > - La voz era hermosa, Lena se quedó centrada en los labios de color rojo. - < Ahora, ¿Por qué demonios hay un salvaje aquí? > - Cambió el tono de voz a uno enojado.

- < Majestad, ella es una de las tripulantes de la nave que se estrelló cerca de la comunidad de Kriptón. > -

Lena notó aquel asombro repentino. La mujer dejó al descubierto los ojos, eran verdes con toque claro. De alguna forma le recordaba a ella, ambas tenían el pelo negro y los ojos verdes. Muchas coincidencias.

- < Ah, tú eres una de las que dicen que son "enviadas por Rao". > -

- < No sabíamos que nos decían así, la verdad. > - Reaccionó.

- < Humilde. Me agrada. > - Sonrió. Se levantó de la silla dejando ver que era unos diez centímetros más alta que ella, incluso que Sam. - < Tú no perteneces a la comunidad de Kriptón. ¿De dónde provienes? > - No hubo respuesta por parte de la azabache, se mantenía en silencio. - < Mi vidente dice que provienes de las estrellas, y tiene sentido por la forma en que arrasaste con unos cuantos árboles. > -

- < Ni siquiera sé por qué estoy aquí. > - Confesó. - < Si me van a asesinar háganlo ya, por favor. > - Cerró los ojos con fuerza.

- < ¿Asesinarte? > - Se rió. - < Oh, claro que no. > - La más alta volteó hacía una anciana sentada a unos metros bajo una sombrilla. Los ojos blancos de la mujer se cerraron unos segundos solo para asentirle. - < Tal vez, podamos hacer algo tú y yo para... Acabar esto de las masacres. > - La actitud de la mujer había cambiado muy repentinamente a una amable. - < Un trato de paz pequeño., ¿O lo prefieres de manera permanente para ayudar a tu comunidad? > - Le pasó el brazo por el hombro.

Lena solo sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo.

- < Uh, no sé... > - La voz le temblaba. - < Pero no soy idiota, la pesca es vital para Kriptón. > -

- < Exacto. Es necesaria. > - Le sonrió. - < Me caíste muy bien, Lena. > - La tomó de los hombros obligándola a mirarla a los ojos. - < Tan solo debes... La verdad no se me ocurre nada por ahora. > - Se puso pensativa. - < No necesitamos la playa, ni la marea cercana... > -

- < ¿Entonces por qué asesinaron a esas personas? ¿Por diversión? > -

- < Solo para llamar la atención por supuesto, dejarles en claro quien manda si no se hacen las cosas que pedimos. > - Explicó. La mirada verde clara permanecía mucho en el cuerpo de la azabache. Muy sospechoso. - < Espero que alguien importante no estuviera ahí. > - Lena negó de inmediato. - < ¡Perfecto! Me has convencido. > - Colocó la mano en el pecho mirándola con una expresión tierna.

UN NUEVO MUNDO [SUPERCORP]Where stories live. Discover now