CAPÍTULO 21: LA FAMILIA ES PRIMERO

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La luz del sol comenzó a colarse a través de las ventanas. La cera de las velas se habían agotado, todo en la alcoba permanecía exactamente igual a la noche anterior.
La comida no fue tocada por las ansias que la sirena poseía en el interior de hacer suya a la kriptoniana.

Ese día despertó con una sonrisa amplia. Casi todos sus días eran de mal humor por hacer la misma rutina, el mismo recorrido, pero ahora no. Ahora oficialmente tenía una pareja a la cual cuidar, con la cual poder pasar el resto del día sonriendo y expresarse sin temor a que pensará. Se sentía nuevamente como aquella adolescente antes de que todo se echara a perder.

Acercó su rostro a la nuca de la rubia olfateándola. Percibía su aroma fresco y dulce, el mismo que ella poseía en esos momentos y para siempre. Sintió que se removió de forma consciente.

Estaba despierta.

Reforzó su agarre pegando sus pechos a la espalda de Sofía. Ese roce la encendió, una chispa que erizó su piel por completo.

- ¿Llevas mucho tiempo despierta? - Preguntó con total curiosidad. No tenía el gusto de ver el rostro de la rubia, pero imaginaba algo como un rostro sonriente por la increíble noche que pasaron. Escuchó unos gemidos somnolientos, palabras pronunciadas en voz baja e incoherentes para ella. - ¿Tienes hambre? - Alzó su rostro deseando verla.

- Sí. - Una respuesta seca se escuchó.

Melania depositó un pequeño beso en el hombro de la rubia, mientras que sus dedos acariciaban el vientre plano con suavidad.

Fue bajando su mano hasta sentir los vellos púbicos. Cerró los ojos percibiendo la tensión de la menor como si fuera la suya propia recorrer su cuerpo.

La puerta se abrió de golpe dejando ver a una Kara bastante enojada irrumpiendo en la habitación. Sofía se dio cuenta de la presencia de su madre, no dijo nada, sólo se volvió a acostar tapándose de pies a cabeza para ocultarse con rencor. Mientras tanto, Melania ni siquiera le interesó mostrar el torso superior desnudo a esa mujer.

- < Casi tiras la puerta con esa patada. > - Comentó con gracia.

- < Ya tienes lo que querías. ¿Dónde está el ejército que me prometiste? > - Gruñía apretando los puños.

- < Estarán en el cuartel de la Milicia en una hora... > - Volteó hacía la ventana calculando más o menos la hora. - < Sí, en una hora. No te desesperes que tienes todo el tiempo del mundo para asesinar a toda la gente de Daxam. ¿A dónde huirían esas malditos si nadie más los quiere? > -

- < Más te vale que sea así... > - La señaló. - < O te la quitaré a la fuerza. > - Apuntó hacía el bulto que se formaba bajo la sábana.

Kara salió cerrando la puerta de un portazo, silenciosamente como había entrado. Sonrió altanera. Aunque no lo expresara, Kara estaba molesta de que haya elegido como pareja a una de sus hijas, mucho más enojada por haberlas escuchado en la noche.

En unas cuantas horas, Kara invadiría Daxam sin pensarlo dos veces. Para cuando regrese, Sofía estará con ella muy en el fondo el océano disfrutando de su nueva vida juntas. Le emocionaba mucho pensar en esa vida, llevaba siglos asumiéndola perfecta, pero Sofía parecía negarse por ahora. No pensó bien en lo que serían los reproches de una adolescente bastante enojada.

. . . . .

. . . . .

- ¡No, suéltame! ¡Vania! -

El hombre gritaba desesperado, era sujetado por dos guardias a la fuerza, impidiendo que fuera tras la mujer y los habitantes voluntarios.

- Tranquilo, todo estará bien. Fui elegida para permanecer en suspensión criogénica. - Fueron las palabras de la mujer dentro de la habitación blanca con más de quince cápsulas abiertas. - Pronto estarás conmigo para despertar en un nuevo mundo. -

UN NUEVO MUNDO [SUPERCORP]Where stories live. Discover now