UN NUEVO MUNDO [SUPERCORP]

CAPÍTULO 13: DEVOCIÓN POR LA REINA I

El mar ha estado muy calmado para el gusto de todos. Los llamados "Piratas" no se han visto durante meses, no han causado peleas entre los territorios de Kara El y Hancock.

Ella no era tonta.

Que los Synth se encargaran de bandidos, psicópatas y carroñores causaba pavor en los piratas por lo que no se acercaban mucho. Poco a poco dejaba atrás los problemas desde que la noticia de que Lena Kieran Luthor estaría nuevamente en su hogar... No de la forma en que lo esperaba. Tanto la familia de los El, los Danvers, y los Luthor y Arias tuvieron mucho que ver con la muerte de su padre y la desaparición de su madre en el pasado. Al principio, le sonaba una estúpidez esa reacción en cadena:

Venganza por parte de los Danvers con Luthor y Arias, Alexandra y Kara El casándose con Lena y Samantha.

Y, por su parte, una venganza por parte de los El, ella desposando a la bebé que pronto nacería del vientre de la Luthor. Podría esperar mucho tiempo, sí. Hace demasiado tiempo los sentimientos más humildes desaparecieron volviendo casi una señora de las tinieblas, o así sería su apodo por parte de todas las comunidades que conocía. Todos la consideraban una amenaza, pero ¿Acaso los El no son lo mismo? Sólo porque no tenían un ejercito de miles de hombres con piel indestructible no los veían así.

- < Kara y Alexandra El han llegado al sitio. > - El hombre se mantenía serio igual que las palabras de información. - < No fue un impacto tan profundo, majestad. > -

- < Aún así quiero saber quién o qué iba dentro de esa cápsula de escape. > - El centro de mando se encontraba prestándole atención seriamente. - < Algo me dice que va al Norte, a los terrenos de Valle Rojo. > - Entrecerró los ojos, las pantallas mostraban códigos, no animación como antes en su tiempo. Lo crearon así para ocultar muchas cosas como el idioma, ese idioma que se tuvieron que inventar y que tardó un siglo en aprenderse y declararlo oficial. - < Manden a un par de espías a esos terrenos. > -

- < Como ordene, majestad. > - El hombre detrás de ella hizo una leve reverencia, se quedó ahí unos segundos más mirando a la mujer con preocupación. - < El pacto con El... > -

- < Aún está en pie. No pierdas el tiempo y ve a averiguar lo necesario. > -

- < Volveremos con la información, señora. > - Prometió él retirándose de la sala.

Salió de las instalaciones con su cabeza dando vueltas. No quería pensar lo peor en esos momentos. Así como Lena y Samantha pudieron atravesar la barrera tiempo y espacio, también podría hacerlo el consejo, ese maldito consejo que condenó a todos en el mundo anterior.

Más que nada le vendría bien una alianza permanente con la salvaje de Kara El.

Lo había pensado y no era necesario obtener una respuesta tan obvia por parte de Kara.

La salvaje deseaba un ejercito, su ejercito y había solo una manera de entregarselo. Desposando a la niña que nacería de la herencia Kriptoniana y la Luthor. Una bebé con genes potentes diferente a todos los demás, a excepción de los hijos de Samantha Arias. Una alianza por medio de un matrimonio, le daría lo que fuera a la salvaje con tal de que le diera a la niña y, sí, eso incluye un ejercito.

El sonido de las ballenas resonaron en su cabeza como ecos. Ladeó su cabeza mirando por el enorme ventanal blindado, pasaba una camada de ellas muy cerca, seguramente mudando.

Las personas que conocía habían muerto muy temprano a causa de guerras en los primeros años, mientras que ella se ocultaba bajo el mar como un pez encerrado. ¿Qué más pudo haber hecho? Estaba enojada con todos en esa época, además que no podía dejar sin supervisión como reconstruía su nuevo hogar. Un hogar que su padre tenía en mente desde muy pequeño, pero que siempre pensó que era una estúpidez. A él siempre le gustó la idea de encontrar Atlantis, la ciudad pérdida bajo el mar y vivir ahí. Sonaba fantasioso, sí, pero ¿Por qué no hacerlo en su memoria?