UN NUEVO MUNDO [SUPERCORP]

CAPÍTULO 16: COMIENZO

- OCHO AÑOS DESPUÉS -

- < ¡Te reto! > -

La niña negó nuevamente con temor inundando sus ojos. Se quedó sentada volviendo a distraerse con la rama, dibujando en el suelo lo que tenía formas infantiles, simples garabatos.

- < Hermanita, no seas miedosa. Mira. > - Desvió la mirada de los garabatos para prestarle atención a su hermana. Había un agujero en el muro, lo suficientemente pequeño como para que ambas pudieran atravesarlo. Una a la vez. - < ¡Mira el bosque! Tú siempre has querido ver el bosque, ¿verdad, Sofía? > - Insinuó de forma engañosa.

Sí, siempre ha querido ver el bosque, pues solo tuvo la oportunidad de verlo una sola vez en su corta vida. Al ser su hermana mayor, ¿por qué mentiría? Thais era tramposa y muy bromista, por ello pensó en no hacerle caso al principio, sin embargo, era su emoción por ver otra vez la maleza que sonrió y se dirigió al agujero de forma sigilosa.

Tuvo que gatear hasta llegar al otro extremo, no soltó la vara en ningún momento. Utilizando su imaginación meramente la veía como una espada para jugar con Thais.

- < ¡Thais! > - La llamó riendo al ver la meleza, plantas de colores, árboles grandes y fuertes frente a ella. Se levantó sacudiendo sus rodillas. El ruido entre la maleza la guió, no paraba de reír del entusiasmo. - < ¡Vamos, sal, hermana! > - El ruido la guiaba más profundo, escuchaba la risa de su hermana más allá. Las hojas grandes apenas le daban el paso y, el barro, apenas la dejaban correr a un ritmo normal por lo resbaloso que se encontraba. - < ¡Traígamos a Jeremiah y a Ruby. > - En un punto la maleza acabó dejándola en una área despejada, solo pasto corto y tierra. - < ¿Thais? > - Llamó una vez más, está vez, en voz baja al no ver a nadie, siquiera escuchar.

- < ¡Sofía! > -

La pequeña rubia volteó a su espalda escuchando la voz de su hermana muy a lo lejos. Le pareció extraño ya que venía siguiéndola a ella desde el inicio. Decidió ponerse en marcha nuevamente hasta donde provenía la voz, sin embargo, aquel gruñido la hizo detenerse.

Se dio la vuelta lentamente encontrándose con el portador de aquel gruñido. Un Sanguinario a tan solo un metro de ella, observándola como su próxima presa.

- < ¡Sofía! > -

Se miraron a los ojos para lo que ella fue largos minutos, como si el tiempo se hubiera detenido justo en ese instante. La baba sobresalía del hocico, grotesca y espesa. Dejó caer el vara al suelo dispuesta a correr de vuelta al interior del muro.

Solo dio unos cuantos pasos cargados de adrenalina antes de que el monstruo le encajará dolorosamente los colmillos en su pierna izquierda. El gritó que soltó fue desgarrador, el llanto por el pánico comenzó a invadirla. Lo único que acabó con su sufrimiento fue el enorme golpe contra uno de los árboles con tal de silenciarla.

- ¡Sofía! -

El animal divisó a varios objetivos frente a él.

Los punteros se ubicaban en la cabeza del animal. Balas salieron logrando darle en los puntos débiles; los ojos. Lo dejaron ciego, eso causó que soltara la pequeña pierna de la niña. Pudieron ver la gran cantidad de sangre que perdía y la que dejó en el hocico del Sanguinario.

- < ¡A los brazos y piernas! > -

Kara fue la primera en acudir al ver el estado de su hija. Se encontraba inconsciente por el fuerte golpe. El Sanguinario se acercaba a ellas a pesar de haber perdido uno de los brazos por los láser, uno de los suyos saltó desde la copa del árbol cayendo sobre la espalda, desviándolo del camino.