UN NUEVO MUNDO [SUPERCORP]

CAPÍTULO 29: UN NUEVO MUNDO

- ¿Estás bien? -

Nia se acercó a la rubia con preocupación, la heroína mostraba estar bastante cansada. No había pegado los ojos en toda la noche, puesto que hubo un pequeño problema en su departamento.

9:30, DEPARTAMENTO DE KARA

Al haber quedado en ayudar a Lena a cuidar a las chicas, le tocó todo el fin de semana estar a cargo de ellas. La cena fue silenciosa, el desacuerdo que existía entre Thais y ella era enorme, según ella era diferente en aquella tierra, una mujer poderosa que no temía asesinar a sus enemigos a diferencia de lo que hacía. Obviamente se asustó por la forma tan seria en que lo dijo, tuvo que darle una charla larga sobre que asesinar no estaba bien, mucho menos si era una heroína protectora de una ciudad y el mundo si lo necesitaba.

Al parecer no le cayó bien a la adolescente por esa charla.

En cambio Sofía parecía que era la que más pensaba antes de actuar, por lo que sabía, tenía una de sus piernas dañada desde niña por lo que necesitaba los emjambres que creaba aquella que se proclamaba reina. Una mujer interesada en la adolescente cosa que no le cuadraba en absoluto, pues era mucho mayor. Por lo que Lena y ella utilizaron medidas drasticas para mantenerla alejada lo más posible, pero no era de mucha ayuda.

Esa mujer aparecía cuando quería en la mansión de la Luthor o en su casa como ahora.

- ¿No crees que es muy tarde para que andes por aquí a esta hora? - Preguntó la rubia con una sonrisa forzada.

La mujer había llegado vestida formalmente, una blusa de manga larga, una falda, botas y unos lentes negros portando un carísimo bolso.

- Vengo a dormir con Sofía, Kara, aún lado. - Empujó a la rubia para hacerse paso al interior del departamento. - Ugh, esto es horrible. -

- Oh, disculpa. - Dijo con sarcasmo. - ¿Quieres que remodele el departamento a tu gusto? -

- Por supuesto, pero sé que eres una persona pobre de economía. Tendría que darte más de un millón de dólares para minímizar mi gusto en esta pocilga. -

- ¡Oye! - Frunció el ceño la rubia indignada. - Mira, Lena me prohibió que tú entres al departamento para... Bueno, me prohibió que te acercaras a Sofía. - Habló claramente. - Así que, vete. - Señaló la puerta abierta. La sirena aventó el bolsó al sofá sonriendo al mismo tiempo que se dirigía hacía una de las habitaciones. - ¡No! ¡Hey, no! - Kara usó su súper velocidad poniéndose en frente de la mayor. - ¡Si dejo que te acerques a Sofía, Lena no me permitirá cuidarlas de nuevo! - Exclamó. - Y yo quiero pasar tiempo con ellas así que... ¿Qué es eso? - La mujer había sacado del bolso un par de cupones.

- Ocho cajas de donas gratis en la cafetería de la esquina... Las que tú quieras. -

- ¿Las que yo quiera? - Preguntó atontada.

- Sí, las que tú... Quieras. - Pasó los cupones por delante del rostro de la rubia, meneándolos de un lado a otro. - Lena no se va a enterar. - Dijo en voz baja.

La rubia abrió y cerró la boca un par de veces.

- ¡No! No te va a funcionar esa chantaje tan tonto. - Melania sacó un par de cupones más, pero no eran de cajas de donas, ocho potes de helados gratis del mismo lugar. - ¡Oh, por Rao! ¡Oh, por Rao! - Los tomó velozmente mirándolos con ojos emocionados. - ¡Iré por todo! -

Kara desapareció en una ráfaga de viento dejándola sola en el pasillo.

Sonrió triunfante dirigiéndose a la habitación de la adolescente, abrió la puerta a su gusto, lo primero que vio fue a la rubia sentada en la cama leyendo un libro de historia. La escuela le había interesado mucho, tanto que pidió a Lena comprarle una montaña de libros de la historia de la tierra donde se encontraba ahora.