UN NUEVO MUNDO [SUPERCORP]

CAPÍTULO 9: SÍ, O SÍ

Lena no había dormido esa noche. Kara se veía complacida desdd que tuvieron aquella charla con Eliza en el comedor privado. ¿Qué iban a hacer ahora? No estaba lista para ser madre, aunque si le llamaba la atención eso de mezclar ADN con Kara, pero aún no.

No queria estar cara a cara con un maldito sanguinario. ¡Le arrancaría una extremidad sin pensarselo dos veces! Animales salvajes tenían que ser.

Y lo más importante del asunto es que Samantha le mintió por completo. Al estar apareada con Alexandra recibió aquellas malditas visiones de la criogenización.

Kara no la dejaba de abrazar por la espalda, sentía el bulto de la rubia entre medio de sus nalgas y subiendo, estaba muy despierto el "animal" de abajo, para varias, Kara no se puso ropa interior. No. Estaba desnuda. Era demasiado incómodo estar de esa forma, pensaba que Kara despertaría y la reclamaría salvajemente. No podría decirle que no. Ni un fallo. No hasta que Sam encuentre una manera de salir del muro hasta un asentamiento cercano.

Solo debía engañar a la rubia un poco para que no la marcara.

- < Umh... Lena. > - Escuchó el gemido cerca de su oído. Su compañera de cama se reía por lo bajo en voz baja. Se volteó un poco encontrándose con una Kara risueña, sonrojada y relamiéndose los labios descaramente. - < Ahí... Sí, ahí. > -

- Agh, dios. - Se quejó en un murmuro. Estaba completamente segura de que estaba teniendo un sueño érotico y ella en él. Se removió un poco alejándose del cuerpo de la rubia casi hasta la orilla de la gran cama. - De acuerdo, Lena, piensa. Kara es... - La miró nuevamente. - Kara. Si me acuesto con ella tengo muchos beneficios como husmear en la enorme biblioteca, sí, la biblioteca. - La biblioteca personal de la familia El era enorme; libros y pergaminos en su mayoría, además de ciertos objetos antes de la guerra mantenidos como recuerdos. - No me quejaría en absoluto. - Siguió hablando con ella misma. - Además, Kara lo tiene grande lo que significa mucho placer. O eso entendí de las chicas que se acostaban con un chico diferente cada día en la universidad. - Se quedó pensativa. - Sería la consorte del líder, eso suena aún mejor. -

- < Ah, Lena... > -

- Sam sería la esposa de un general admirado por todos. Muchos beneficios para ambas sin duda... ¿Qué? - Se sentó en la cama con rápidez al sentir que por su pierna izquierda fluía algo que le causaba un poco de dolor. La rubia abrió los ojos de golpé mirando el rostro estupefacto de Lena. - < ¿Te has corrido durmiendo? > - Preguntó aturdida.

Kara se quitó la cobija de encima notando claramente su pene hinchado goteando semen muy espeso. Se sonrojó al momento en que en la oscuridad de la habitación se podía ver las mejillas ardiendo de la vergüenza. Cerró los ojos cuando sintió que expulsaba un poco más causándole un sonoro gemido.

- < Umh... Solo cuando sueño contigo. > - Confesó.

- < Kara... > - Lena se le acercó. - < Tú eres una mujer... Admirable. > - Entrecerró los ojos. Su mano tocó el pene de la rubia, ésta se sobresaltó, pero gimió ante el tacto. - < ¿Por qué actuaste conmigo tan inocente si no eres así en realidad? > -

- < ¿I-Inocente? > -

- < Sí. > - Lena acariciaba el glande con los dedos en círculos. - Inocente. - Habló en su idioma natal.

- < Tengo mucha paciencia, pero a veces me la... ¡Cortan! > - Gimió. - < Yo solo quiero que tú seas mía, Lena Luthor. > - Dijo entre dientes ya muy excitada nuevamente.

Lena le dedicó una sonrisa maliciosa apretándole un poco el falo. Los ojos de la azabache se volvieron en un tono deslumbrante, brillosos enriqueciendo su expresión casi depravada.