XIV

603 49 0
                                    


Flashback

--Al final Renato no era pariente de Thomas. --soltó. Gabriel lo miró, mientras Fausto asentía. --Renato formaba parte de otro bando que no era ni el nuestro ni el de ellos. No sé cómo, pero tenían toda la información... sabían todo. Y nos había robado la guita, así que se lo merece por hijo de puta.

En ese momento, a Gabriel se le había nublado la visión y los oídos le sonaban con un molesto pitido, causado por el disparo del arma. Pestañeó varias veces, confundido, sin entender para nada qué estaba sucediendo. No entendía cómo Fausto los había encontrado, no entendía cómo él mismo se había dejado seducir así, y menos entendía lo que había estado a punto de hacer. Realmente, Gabriel había cargado el arma en dirección a Renato, puesto que lo último que haría en su vida sería matar a alguien, menos a él.

Una sensación de ira incontrolable inundó su cuerpo.

Miró a Fausto sin todavía haber tenido el valor de observar el cuerpo del pequeño quien yacía en el piso, y cambió la dirección a donde apuntaba su arma hacia el cuerpo de su amigo, quien lo observó ahora más exaltado.

--Eu, ¿Qué haces, Gabriel? ¿Estas loco vos? Baja eso, dale... --la voz de Fausto salía con dificultad de su garganta. Gabriel apretó su mandíbula.

--¡¿Por qué carajo lo mataste, Fausto?! ¡¿Qué somos ahora, asesinos?! --la voz de Gabriel salió más fuerte de lo que él creía posible, dado que sentía su garganta seca y a su boca, incapaz de efectuar palabra. Observó a Fausto abrir sus labios para hablar, pero no lo dejó. --Dejame recordarte, pedazo de un imbécil, que por la única razón por la cual empezamos con todo esto de las peleas, fue porque no teníamos qué carajo comer. ¡No fue para terminar matando personas inocentes, Fausto! ¡La puta madre! --

--¡Pero la puta que te parió, Gabriel, imbécil! ¡Dejame hablar de una puta vez! --de pronto, toda pizca de miedo en el cuerpo de Fausto, pareció esfumarse. Movió su cuerpo siendo perseguido aún por el arma que Gabriel sostenía en sus manos, acercándose al cuerpo de Renato. Puso dos de sus dedos a la altura de la yugular del chico, tomándole el pulso, y lo miró de nuevo para hablar. --¿Cómo carajo pensaste que lo había matado, idiota? No te tomaste ni un segundo para ver dónde le disparé, ¿no? Imbécil. --escupió.

Gabriel, ahora atónito por sus palabras, se animó a mirar a Renato.

El tiro había sido a la altura de su brazo derecho, teniendo allí una herida que sangraba mucho.

Pero estaba vivo.

--Eh, Fausto... --Gabriel bufó, resignado, y bajó el arma. --Yo pensé que...--

--Sos un imbécil de mierda. --rodó sus ojos.

--Tenemos que ayudarlo, Fausto... --mencionó, con la voz más suave del mundo. Observó a su amigo negar rápidamente y empezar a caminar hacia la puerta.

--Ni en pedo, Gabriel. Tenemos que rajar ya de acá antes de que llegue la yuta o algún guardia, ¿o capaz querés pasar unos meses en la cárcel por tenencia ilegal de armas o cómplice de intento de homicidio? --cuestionó, logrando que Gabriel se resigne nuevamente, negando. --Ok. Entonces mové el culo y rajemos. Aparte, una cosa, ¿qué mierda te importa a vos el pibe este? Lo único que hizo fue cagarte a mentiras, robarte, y encima sacarte los anillos que eran de tu viejo. Lo que menos pensaría yo sería ayudarlo, Gabriel. Dale. --concluyó.

Fin del flashback

dangerWhere stories live. Discover now