Parte Final

1.1K 123 28
                                    

Sintió esos brazos fuertes rodeando su frágil cuerpo, mientras sentía que, si salía una lágrima más de sus ojos, podría inundarse. El amor que sentía por Gabriel trascendía cualquier barrera humanamente impuesta; había hecho todo intentando cuidarlo. Había hecho que ambos sufran, habían llorado y habían estado mucho tiempo lejos el uno del otro. Habían sufrido, puteado, se habían extrañado de una forma mucho más profunda que a nivel carnal.

Renato no entendía nada, no entendía por qué la vida era así. Sólo podía entender, en ese momento, el cuerpo que pese a todo lo abrazaba y le dejaba besos sobre su cabeza, llenándolo de todo el amor que él en algún momento sintió perdido.

-Tato... Tato, bebé, escuchame por favor -murmuró. Renato, como pudo, alzó su cabeza encontrándose con ese huracán que se escondía en unos preciosos ojos verdes. -Cuando tu papá fue a mi casa, me contó de Santiago antes de que me fuera. Me contó qué pasó, cómo fue... cómo llegaste un día tan drogado a tu casa que habías detallado toda su historia mientras estabas tirado en el living de tu casa -dijo. Renato sentía que le apretaba el pecho. -Sé cuánto lo amaste, mi amor... y sé cómo te debes haber sentido, yo... -siguió, aclarando su garganta puesto que estaba por quebrar. -Fue ahí que entendí tus palabras antes de mi última pelea, Tato... entendí por qué estabas tan asustado, entendí tu preocupación... entendí cuando me dijiste que yo no te podía dejar, que no podías dejar que me escape -afirmó. -Entendí todo, Renato. Entendí tu distancia y, ahora que me contas todo esto, entendí que buscaste la forma de saber de mí pese a todo. Entendí que querés cuidarme pese a que no te sabes cuidar ni vos... -murmuró, mientras el castaño no dejaba de llorar sobre su pecho, ahora con una incontrolable felicidad que crecía poco a poco dentro de su pecho. -Entendí, o, mejor dicho, reafirmé, que no quiero ni pensar en una vida sin vos, bebé. No quiero ni siquiera imaginar en volver a despertar sin tu olorcito inundándome el alma y el colchón, y mucho menos quiero imaginarme caminando de la mano con otra persona que no sea el mismísimo Renato Quattordio -dijo, y el chico rió entre medio del llanto porque usó su nombre completo. -No quiero bebé, y espero que vos tampoco. -

-No siento que te merezco, Gabriel, pero no sabes lo feliz que me siento... -dijo como pudo, sonriendo sobre su cuello. -Nunca en mi vida me imaginé esto, volver a querer; estar con la mejor persona en este mundo... simplemente parece irreal -confesó, tratando de comprender qué estaba pasando.

-Bueno, ángel -empezó Gabriel, tomando su cara con sus manos. -Supongo que sos un pibe con suerte, qué le vas a hacer... -dijo. Ambos chicos sonrieron.

-No existe nada después de vos -le confesó. Y unió sus labios, después de tanto tiempo.



Bueno, gente, hasta acá danger. Me tomo este espacio para agradecer todas las lecturas y el apoyo que le dieron a esta fic, me resulta re ?¿?¿ que tenga más de ocho mil leídas. Siento como que me estoy despidiendo de un hijo ahre posta gracias por leer, lxs quiero! Nos veremos en alguna otra fic♥

dangerWhere stories live. Discover now