Bolga [Escapando de el Alpha]

Capítulo 12°: ¿Buenos o malos amigos? (Editado)

No es tan malo como creí, al parecer tengo amigos, ¿buenos amigos?, no lo sé. Llevo un mes conviviendo con ellos, me he adaptado a sus bromas, a como se tratan. Y ellos se han adaptado a mi, me tratan como una más, como si yo siempre hubiera pertenecido a su grupo. Y eso me hace tan feliz, encontrar personas que no me juzgan pero que a pesar de que aun así no lo conozco del todo les tengo un poco de confianza.

Todos ellos son de nuestra manada, lo que me instala un gran sentimiento de paz. Cada uno de ellos es definido por algo de lo que no estoy completamente segura, pero puedo decir con claridad, que  eso los caracteriza, los forma como son y los vuelve tan pero tan especiales, al menos para mi. He de admitir que estos chicos son realmente atrayentes, no es de sorprender que todos tengan parejas, quién no querría estar con uno de ellos, hasta yo. Pero siento que la persona que busco, mi media naranja, ahora no está aquí. Y al pensar que eso me siento tan vacía como si me hubieran abandonado, como si el/ella no me acepta como quién soy, lo que me provoca un gran sentimiento de dolor. Y aunque todavía no he sentido ningún tipo de olor, siento como si con esa persona me hubiera encontrado antes. 

—

Principios de febrero. 

Venir al instituto ya se a vuelto mi rutina, levantarme temprano, arreglarme y luego esperar, aunque el levantarme temprano no sirve de nada porque siempre llegamos tarde por culpa de Lissa. 

En el instituto, me dirijo hacia los salones de la primera clase,  me he separado de Derek para ir a buscar un libro de Biología en mi casillero. Entro antes de que el profesor se percaté de mi ausencia, me siento en el cerca de los chicos, ya se me hace costumbre estar cerca de ellos, se han convertido en el motivo de la mayor parte de mis risas, se han convertido en parte de mi vida y eso lo  aprecio tanto. 

Nunca pensé amigos tan reales como ellos, ellos me enseñan tantas cosas,  me mantiene al día, me cuidan, incluso se preocupan por mi. Aunque lo más probable es que lo hagan por el echo de que soy hermana adoptiva de Derek, aun así siento que lo hacen  de corazón. Hasta ahora no he tenido ningún gran problema con ellos. Normalmente con quién más ando peleando por cosas estúpidas es con Daniel, el es tan infantil, aunque su aspecto no tanto, el es castaño, ojos grises claros, cuerpo definido y con un hermoso tatuaje en una de sus manos.

Mis días con ellos se han vuelto mi felicidad más grande. Yo no soy para nada de mostrar mi afecto. Ellos me incluyen en sus cosas sin ni siquiera pedírselos y eso me hace sentir que soy parte de ellos, me hace sentir aceptada y me encanta, ellos me fortalecen, me reconfortan, esos 6 chicos llenan mis días de completa felicidad.  He pasado poco tiempo con ellos, pero aun así  les tengo tanto cariño, que los quiero como mis hermanos, he reído, me he asustado, me he enfurecido por cosas estúpidas, he llorado por una tonta película y todo con ellos, todo en el instituto y puedo decir con tan facilidad y  completa seguridad, que ellos son una de las mejores cosas que me han pasado. 

Hay tanta confianza entre nosotros, hemos hablado de tantas cosas, que prácticamente me se sus vidas y eso me pone feliz, porque saber que están cómodos contado me todo esto, me hace saber que ellos confían en mi. 

Carraspeo. 

—Señorita, Hagarott, ¿Podría usted explicar en que se relacionan las células animales con la vegetales?—dice para apuntarme con su marcador.

—¡Piensa, piensa!—(...).—¿Este... que las  células vegetales cuentan con una pared celular de celulosa, que le da rigidez. La célula vegetal contiene cloroplastos y la célula animal no los posee por lo tanto no puede realizar el proceso de fotosíntesis?—leo disimuladamente el libro que había abierto al principio de la clase. Cuando me senté en mi puesto saque el libro de Biología y me dirigí a la página que habla sobre la células y justo cuando el profesor me ha preguntado, la respuesta a parecía ahí. Vaya suerte.

—Correcto, entonces si esas células....—se voltea al pizarrón a continuar la clase. 

Me he salvado de un regaño seguro.

—Oye, ¿como es que no vio el libro?—Daniel, mientras se acerca a mi disimuladamente y susurra. 

—No tengo ni idea, pero de la que me he salvado.—cierro el libro aprovechando el descuido del profesor. 

—Si, vaya suerte tienes ojala a mi me fuera igual.—dice para luego hacer los típicos sonidos de llanto. 

Los chicos al escuchar nuestra disimulada conversación no se han aguantado las risas. Y claramente se puede escuchar pequeñas risas ahogadas por toda la clase.

—

Camino a la cafetería, hablando del porque estoy tan distraída. 

—Oigan no es culpa mía, estaba pensando en algunas cosas que tengo que hacer.—dije excusándome de mi escapada hacia mi mundo. 

—Sí, si, seguro estabas pensando en como harías para pasar matemáticas—Jacob, haciendo reír a los demás. 

—Para tu información, paso matemáticas sin necesidad de ningún ritual, si de esos de los que tu haces.—digo mientras pestañeo varias veces para luego reír, junto con los chicos. 

Una vez llegamos y pedimos nuestros desayunos, empezamos a comer.  

Aveces pienso que pensarán las demás personas de mi. Una chica y seis chicos, seguro que nada bueno. 

—Saben chicos, ¿no les parece extraño que una chica este con seis chicos diariamente?—digo para darle una mordisco a mi emparedado.  

—Para nada, a mi no me suena a nada mal.—Tyler, mientras bebe su refresco. 

—Sí, además a ti no tendría porque importarte lo que, los demás dicen.—Elier, mientras masca un chicle. 

—Entonces, ¿solo somos un grupos de muy buenos amigos, que siempre se la mantienen juntos porque se quieren?—digo para tomar un poco de mi soda. 

—Sí, aunque eso suena un poco a orgía.—Derek, para que todos reíamos al mismo tiempo. 

Nuestras risas se escuchan por toda la cafetería, llamando la atención de algunas personas. No me gusta para nada esta sensación, una miradas pesadas caen sobre mi, me siento presionada, esto no  me gusta para nada.