Capítulo 26°: Vacaciones. (Editado)

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Playa, playa y playa. 

¿Alguna ves han deseado ir a algún lugar si o si? 

 Fue un viaje de improvisto, simplemente el deseo de ir a la playa me lleno y realmente no me voy a negar.  Las fotos que vi de la orilla de la playa me cautivaron y quiero ir a conocerla.  


Sirenas.

Apesta a pescado. El hotel es dirigido por sirenas, si sirenas.  Marine beach  uno de los hoteles más conocidos de está zona, ahí nos hospedamos 18 personas y casi mis hijos, pero los deje, me dolió dejarlos en la manada, pero que más, ellos se negaban a entrar en un avión. 

El viaje fue corto, el Jeep privado si que funciona bien. Es primera vez que me subí en un avión. A pesar de que ya soy la Alpha, aun no es anunciado, entonces, no tenía propósito de usarlo para viajar, a otro lado.  


—¡¿Puedes meterte?!—grita el pelinegro en el fondo de la playa, junto a su novia, si su novia. Demian

Permití que las trajeran, 5 malditas viajaron conmigo. La verdad es que no tenía pensado traerlas, pero aquí va a haber algo muy jugoso. 

Lo sé. 

Lo presiento, por eso las he traído. 

—¡Espera!—chilla mientras corre, Daniel. 

Casi todos juegan con el agua de la orilla de la playa, las niñas hacen castillos de arena, Claudia y Derek se perdieron quién sabe donde. Y los demás con sus novias dentro del agua. Y yo  sentada en la arena. Mis padres toman el sol, más alejados de la orillas mientras observan a mis hermanas. 

Estar aquí están relajado, sin problemas, sin responsabilidades, sin trabajos que hacer y dirán. ¿Quién vigila nuestro territorio?, simple, Jack. Lo deje a cargo, le tengo confianza, la suficiente.  Solo será por tres días, el sabe bien que tiene que hacer. 


Champú en mi cabello y este jabón con olor a canela, exquisito, me encanta.  Salgo del baño con una toalla envuelta en mi cuerpo. Hoy solo saldré a caminar un rato por el hotel, no lo e recorrido todo, voy a aprovechar mañana nos vamos. 

El hotel es amplio, con hermosos jardines, la luz de la luna alumbra mi camino, el sonido del mar es reconfortante. Caminando y caminando, me dirijo a la playa, deambuló por la orilla y el agua y arena pasan por entre mis dedos, ahora sin zapatos, la textura de la arena fresca y fría,  el tacto de mis pies contra ella, es  satisfactorio. 

Concentrada en mis pensamientos, no puedo evitar llegar al tema de mi venganza, e pensado en esto muchas veces, de como sería, he imaginado la escena, he practicado mis palabras. Pero aun no estoy lista para hacer lo, se que cuestión de tiempo, para que mi persona sea observada, para que el tiempo pase y el momento se de. Me siento capaz de hacer lo, atacarlo, pero Lea ella, aun se aferra a el, se que me apoya, pero ella aun lo desea. Desde la última vez que intente rechazarlo, no he vuelto a intentarlo. El deseo de rechazarlo siempre está presente, pero luego está ese pequeño sentimiento de amor, que he reprimido gracias a  ese odio que siento. 

—¡Señorita!—claman, me llaman. —¡SEÑORITA!—la voz más cerca. 

Salgo de mis pensamientos aturdida por los gritos y la observo, una linda chica bajita, rubia, vestida de manera casual, se me acerca. 

—Es muy tarde para que este a las a las fueras del hotel, le recomiendo que pase y termine de disfrutar la noche ahí o en el Club nocturno que recién abre sus puertas a estas horas.—dice cordial. 

Por lo que veo es trabajadora del hotel. 

—Oh, si, este—(...).—, solo estaba por aquí admirando el mar, no sé preocupe.—vuelvo a caminar. Empezamos a caminar juntas. —¿Tú trabajas aquí?—interrogo. 

—Algo así, soy la hermana de la dueña.—dice está rápidamente. 

—¿Como te llamas?—cambio de manos a las sandalias. 

—Me llamo Sabrina y usted Mariana.—recita. No me sorprende que sepa mi nombre, las sirenas con solo observar a alguien a los ojos pueden hipnotizarlo o saber todo de ti. 

—Exacto.—severa, ya cerca del hotel. 

Caminamos juntas hasta la recepción, donde una mujer con un traje bastante formal, espera a alguien. Al ver a Sabrina se aproxima. 

—¡Te estaba buscando!—preocupada. 

—Solo estaba acompañando a la señorita.—me señala.  La mujer me observa y de inmediato, cambia su aura. 

—Un placer tener una Bolga en este hotel, es la primera aquí de hecho.—dice amable. 

—No, el placer es mío.—extiendo mi mano, acercando me a ella para leer el pequeño identificador que contiene su nombre. —Sr. Miriam. 

Empezamos una conversación entretenida, ya en los muebles que se encuentran en la sala de espera. Las conversación es animada, me habla sobre su hotel, la historia, todo lo que tuvo que hacer para construirlo,  escucho animada. 

De repente estás paran en seco, observando detrás de mi, sus rostros están completamente inexpresivos. Sus cuerpos están tensos y no articulan ninguna palabra, parece que vieron un fantasma. Volteo para encontrarme con Tyler y Daniel, quienes también están de la misma manera, pero en cuestión de segundo ya los tengo dándome la espalda, encima de Sabrina y Miriam, estás gustosas besando ferozmente a cada uno.

Son mates o como lo llaman las sirenas; cola dorada. 


¿Acaso todo el mundo aquí tiene que darse amor mutuamente y yo no? 



El payaso de Daniel y el rubio engreído han encontrado a sus mates,  Miriam y Sabrina han encontrado su cola dorada.  Los dos al mismo tiempo, en el mismo día y a la misma hora, de paso hermanas. ¡Qué puta coincidencia! 

Lo mejor de todo será ver las cara de las ex-novias de esos dos. 

Estás vacaciones no pueden ser mejor. 

Soberbia. 






Bolga [Escapando  de el Alpha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora