Capítulo 38°: ¡Váyanse!

2.9K 193 13
                                    

—¡Ya suéltala!—grite incomoda. —¡Maldición Jacob ve a hacer tus cosas a otro lado!—empuje ambos cuerpos fuera del castillo hacia la camioneta. 

 —Nos vemos más tarde, cupido.—articula entre besos refiriéndose a mi. 

—¡Ya váyanse!—exclame harta de los manoseos y castos besos que ambos compartían sin vergüenza delante de mi. 

Sasha termino encontrando a su Geowé y Jacob a su mate, termine uniendo a dos personas destinadas a encontrar se. Yo se los hice más fácil. Aunque creo que hubiera sido mejor que se encontraran ambos solos. Jacob no me dejo ni presentarla, ya estaba sobre ella reclamándola cuál objeto y ella depositando gigantes besos por todo el rostro del caliente imbécil. 


—¡Hija!—grita mi madre al ver me entrar por la entrada principal de la mansión. —¡¿Donde estabas?!—me examina de arriba a bajo.—¡Estuve preocupadísima por ti!—toma mi rostro con ambas manos y me observa con los ojos rojos. 

—Larga historia, te la contare en cuento me digas, que si comiste y que no te lanzaste a morir cuando te enteraste .—tomo ambas manos retirándolas de mi rostro, sosteniendo las por lo bajo.—Conociendo te diría que hasta estabas dispuestas a morir si algo me sucedía.—sonreí. 

—No puedes culpar me, sabes como soy, me conoces a la perfección.—sonríe de la misma manera.—Te amo hija, desde el instante en que supe que estabas dentro de mi, te quise y te querré hasta que la diosa luna decida acabar con mi vida.—varias lagrimas cortas se escapan de su rostro. 

—Igualmente mamá.—(...).—Igualmente.—seco las lagrimas, seguido de darle un abrazo, que no rechaza. 

—¡Hermana!—ambas enanas aparecen en mi campo de visión, chocando contra mi, como un impacto de bala, apretándome hasta sacar me gran parte del aire. 

—Yo también las extrañe.—articule alejando las y alborotando ambas cabezas, para que dieran paso a la persecución hasta la piscina que ambas tienen. 

—¿Y a mi no?—sale de la cocina señalando se así mismo.

—Claro que sí, papá.— me acerco hasta el con los brazos extendidos, recibe mi abrazo.

—Te extrañe mucho hija, pensé que algo malo te había ocurrido.—acaricia mi cabello.

—Pero aquí estoy, ¿no?—(...).—Volví, porque yo siempre regreso.—sonreí. 


Sobre las escaleras me dirijo hacia mi habitación, después de culminar mi encuentro con mi familia lo que más anhelo es estar en habitación, dormir tal vez y pronto ir a el despacho y organizar la manada. La habitación tal y como la deje, perfectamente acomodada limpia y sin ningún otro cambio. Me lanzo sobre la cama, sobre la suave manta y el perfumado olor de aquel limpiador. Retiro vagamente las prendas de ropa quedando en ropa interior. Sintiendo el aire gélido de la habitación por el aire acondicionado, me revuelco en la cama estirándome hasta decir basta. Siento mi cuerpo con tensión, me siento pensada, limitada a ciertos movimientos. 

¿Porque?

Extendida sobre toda la cama, divago entre mis pensamientos tal vez buscando alguna causa o solución para esto. 

Tal vez dormí mal.                                                

No lo creo.

Tal vez es por estrés.

¿Cuál estrés?

Tal vez necesito dormir.

Bolga [Escapando  de el Alpha]Where stories live. Discover now