Capítulo 17°: Pelea.(Editado)

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Junio Principios.

Hace ya dos semanas que tuve aquel encuentro con aquellas chicas, aun recuerdo con exactitud cada insulto, ninguno de ellos me afecta, pero lo que si me jode todo el rato es la manera en la que afirman las cosas, como si yo realmente fuera aquello, simplemente hace que la sangre me hierva. 

No me he encontrado con ninguna de ellas y eso lo agradezco y espero que sea así todo el tiempo y más hoy que es un día relajado, viernes ya por fin, a pesar de que no salgo mucho, me encantan los fines de semana, me la paso corriendo en mi forma de loba, además que entreno y  veo series, me entretiene. 


En el instituto.

—¿Porque no vamos a la cancha abierta de futtbol, así vemos que pasa y pasamos el rato aprovechando la  hora libre que tenemos.—Derek aburrido de estar en la cafetería. 

—Si, porque no.—digo mientras me levanto y tomo mi mochila, seguida de los chicos. 


Me siento en lo alto de las gradas, aprovechando la sombra que hay, llevo todos los bolsos de los chicos, ellos están ahí jugando, con una pelota que encontraron.  Llevo sus chaquetas, hasta móviles, si que tienen confianza conmigo, eso me gusta. Me siento y pongo todo con extremo cuidado. 

Reviso mi mochila y saco un paquete de galletas oreo, que había comprado, cuando salí al super con Lissa. Estás galletas me encantan, no es por exagerar no son mis favoritas pero si me gustan. Lastimosamente no tengo algún tipo de bebida, así que bajo las gradas y les aviso a los chicos que voy a buscar algo de tomar.

 Por suerte hay una máquina de refrescos cerca de los cambiadores de los chicos. Pongo el dinero y saco mi lata de Pepsi. Me dirijo de nuevo a la cancha con mi lata pero está vez tomo un camino diferente, aveces lo utilizo cuando vengo a practicar, pero no es seguido. Caminando ya cerca de la cancha me encuentro con quién menos lo espere. 

Ellas de nuevo. Ya me tienen indignada simplemente con su presencia. Camino y les paso por un lado, ellas iban en la misma dirección que yo por alguna razón salieron riendo aunque no entiendo porque. No emito ningún sonido, es más ni las observo, comino como si su presencia no existiera. Pero siempre hay algo que jode todo, ¿no? 


—No creas que te has librado de nosotras.—la rubia, si esa chica que nunca me había dirijo la palabra, pero que ahora si, bueno ella. Y se quién es perfectamente, aunque ella no sabe quién soy yo. Seguro a de pensar que estoy muerta, pero eso ahora no importa, lo que importa es que es ella, la mate de Ricky. Ella será de una de las que me vengare,  es cuestión de tiempo para que su cabeza ruede por el suelo. 

No le contesto, ignoro su comentario.

—Ya la escuchaste.—comenta la pelirroja. —No te librarás tan fácil, no creas que se me ha olvidado lo que me hiciste aquella vez, puta de mierda.—dice para luego reír junto con sus amigas. 

Mi sangre hierve, tengo ganas de transformarme y arrancarle la cabeza de una buena vez. Sin embargo, me contengo. Un simple comentario para callarles la boca, sería mejor. Ya en la entrada de la cancha, paso delante primero que ellas. 

—No voy a escuchar algo sin sentido.—les doy una sonrisa de labios cerrados, empezando a adentrar a la parte trasera de las gradas. 

Ellas me siguen.

—Se les perdió algo?—las miro con completo rencor, a cada una de ellas. 

—No, no se nos perdió nada, pero hoy si nos vas a escuchar.—la castaña  se acerca y yo me alejo. 


—Ya nos tienes hartas, siempre con nuestros novios, haciéndote la inocente como si realmente fueras su amiga, sabemos muy bien que solo quieres tener unas cuantas aventuras con ellos, si es que ya no las haz tenido.—la morena ya enojada. 

—Además siempre estás detrás de ellos solo das pena, ¿acaso no eres consciente de los comentarios que surgen de ti?, normalmente dicen que eres una aprovechada, que te aprovechas por la fortuna de Derek o que te aprovechas de la Demian.—la pelirroja casi gritando, atrayendo la atención de personas de las gradas y de los cambiadores, cada una insultando y humillándome como les place, cada vez más personas se unen al espectáculo, yo solo observo, cada intento de insultarme o lastimarme, en serio, pena dan ellas. 

Está escena ya se a convertido en algo especial, hay al menos 25 personas mirándome, escuchando cada cosa que tienen para decirme, algunos ríen, otros graban, otros susurran secretos, supongo que tienen que ver conmigo. Los chicos solo observan la escena, no interrumpen, no dicen nada, solo miran. No sorprende así paso la última vez, son sus novias, obviamente no quieren perder las y actuar a mi favor, sería terminar solteros este día, los comprendo. 

Ya estaba harta de escuchar todo los que dicen, llevan al  menos 5 minutos y ya estoy aburrida de cojones de tener aguantar toda la mierda que dicen. 

—Mejor cállate, ¿acaso no es suficiente para ti todo lo que han dicho?—observo a la pelirroja a los ojos. —Además, tus insultos insignificantes no perturban mi presencia. Todo lo que dices es falso. No soy ninguna perra y mucho menos una aprovechada, si lo fuera no estuviera con ellos, cree me.  Me da igual lo que pienses de mi y si no te gusta,  triste por ti cariño, porque no estoy aquí para cumplir tus deseos.—(...). —Si tienes, perdón. Si tienen tanto miedo que les quite a sus novios, porque no los amarran o  los marcan y se los llevan bien lejos.  —Ay, se me olvido que ustedes no son sus mates, solo son unas perras que buscan cualquier tipo de atención.— esbozo una sonrisa amplia demuestra dientes. Mientras miro cada una de sus caras enfurecidas.

Link.

—El está aquí. —Corre. 

Camino pacifica, hasta subir rápido las gradas, tomo mi mochila y salgo disparada. Era la última hora que teníamos libre, así que corro hasta los estacionamientos donde me encuentro con Lissa y así subimos juntas a la camioneta. 

De la que me salve. 




Bolga [Escapando  de el Alpha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora