2. Una manada cerca de casa

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"Un pequeño niño de 5 años caminaba solo en el bosque. El pobre estaba desorientado y perdido, sin padres tal vez. A lo lejos, una niña de 7 años jugaba a cazar animales pequeños. La niña al escuchar las pisadas del niño, se puso alerta y se ocultó. Al ver que solo era un niño, salió de su escondite. Al principio, el niño ni se inmutó, pero cuando vió a la niña saltó sorprendido hacia atrás y un poco asustado.

-Hola- dijo la niña curiosa.

El niño no dijo nada, solo la miraba desconfiado.

-Soy Akala- se presentó la niña.

Otra vez, nada por parte del niño. Akala lo volvió a intentar.

-¿Y tú?- preguntó inclinando la cabeza un poco.

-Milo- dijo por fin el niño.

-¿Y tus papás?- preguntó curiosa Akala.

-No lo sé- dijo triste el niño.

En ese momento llegó una mujer, la madre de Akala, pensó Milo al ver a la mujer ir hacia la niña.

-Akala, volvamos- dijo la mujer agarrando el brazo de la niña.

-¿Por qué?- preguntó la niña no queriendo irse de allí.

-Hay cazadores en el bosque, al parecer persiguen a unos lobos- dijo la mujer apresurada por marcharse.

La chica se giró al niño, apenada. Sabía que él era un lobo, lo había olido y seguramente los otros eran sus padres o amigos.

-¿Podemos llevarlo con nosotros?- preguntó la niña a la mujer.

-Solo me preocupas tú, que ellos te puedan encontrar y hacerte daño no me gustaría nada- dijo la mujer agachándose a la altura de la niña para hacerla entrar en razón -Así que vayámonos ya a casa.

-Por favor- suplicó la niña, pues sabía que si lo dejaban ahí, moriría.

-Está bien, vámonos- dijo la mujer levantándose con prisa.

Akala sonrió al niño y le tendió la mano para que se fuera con ella. El niño sin saber que hacer la agarró y se dejó llevar..."

-Maaka, hemos llegado- la despertó su hermano pequeño.

-¿Ya?- preguntó estirándose en el asiento trasero del coche.

-Sí- afirmó su hermano.

-¿Y papá y mamá?- preguntó mirando a su alrededor.

-Están metiendo las maletas en nuestra nueva casa- le explicó el chico.

-Bien- dijo Akala saliendo del coche -Vamos mi pequeño lobo- le dijo revolviéndole el pelo y haciéndole sonreir.

Los dos hermanos entraron en la nueva casa y revisaron puerta por puerta toda la casa. Ésta tenía cuatro habitaciones en la parte de arriba, de las cuales una de ellas sería el nuevo despacho de sus padres, estaban segurísimos de eso. En tres de las habitaciones había baño propio y otro a parte para la habitación restante. Akala y Milo eligieron sus habitaciones con sus propios baños y una seguida de la otra, pues el chico no se sentía seguro, si no estaba cerca de su hermana. En la planta de abajo estaba el salón y el comedor juntos y luego una cocina. También había un baño. Despues de mirar toda la casa, los dos chicos deshicieron sus maletas en sus respectivas habitaciones. Akala estaba terminando de colocar todo cuando fue llamada por su madre.

-Necesito que investigues- le dijo la mujer revisando varios papeles en el supuesto nuevo despacho cuando entró su hija -Hay una manada cerca y tengo que saber si supondrá un problema o no.

-Está bien- le contestó Akala para ir a su habitación y prepararse para la salida, pues no podía salir así o llamaría mucho la atención.

Una vez lista y vestida con ropa oscura para ocultarse bien entre las sombras, eso sí, tapándose también el rostro, agarró lo necesario para ir a investigar. Tuvo que recorrer bastante distancia para poder llegar a la manada, pero eso no supuso un problema con su velocidad lobuna, por lo que tardó menos de lo previsto, ocultando siempre su olor y siendo cuidadosa. La manada estaba bien lejos de su casa y oculta en el bosque, siendo casi imposible encontrarla, excepto para ella que era una cazadora y una loba. Ahora mismo se encontraba en el límite del territorio de los lobos, pues podía ver como algunos vigilaban la zona. Por lo que se quedó un tiempo escondida para observar.

-"Te encontré"- gruñó alguien de repente llamando su atención.

Akala bajo su vista al suelo, pues se encontraba subida en la rama de un árbol. En la parte de abajo había una loba de pelaje marrón rojizo. Ésta estaba de pie sobre sus dos patas traseras y apoyada en el troco del árbol gruñendo a la intrusa escondida en él.

-"¡Quién eres!"- demandó la loba con tono molesto a Akala.

Al principio la chica rubia no reaccionó, pues se preguntaba como la había encontrado tan rápido, ya que había sido entrenada desde que era pequeña para ser una cazadora. Ella nunca cometía errores, pero al parecer había cometido alguno. Unos minutos después de estar absorta en sus pensamientos, dos lobos más se acercaron a donde se encontraban ella y la loba, seguramente se comunicaron por el enlace para avisar de la posición donde se encontraban. Uno de los lobos era plateado y su pelaje brillaba, o eso le pareció a la chica, y el otro era negro con la zona del hocico y los ojos blanca, además de las patas. Akala no tardó en reaccionar al ver a los dos lobos aproximarse y saltó desde lo alto del árbol pisando a la loba rojiza y dejándola aturdida por el golpe para luego escapar.

-"No escaparás"- dijo la loba rojiza molesta intentando recuperarse del golpe para seguirla junto a los otros dos lobos.

Akala utilizó su velocidad de lobo para correr más rápido, aunque los otros lobos lograban seguir su paso de lejos. La joven cazadora podía estar todo el día huyendo que no se cansaría de eso, aunque había algunas cosas que no se esperaba por parte de los lobos de la manada como que dieran con ella tan rápido o que siguieran su paso a lo lejos, dos fallos que había cometido tal vez por subestimarlos y eso la había sorprendido un poco. Ésta era la primera vez que le sucedía y se estaba emocionando por estar cerca del peligro, una situación en la que nunca había estado, algo nuevo con lo que poder divertirse, pensaba. Como cuando le das un juguete a un niño, ella decidió disfrutar un poco y divertirse con ellos, por lo que se giró a esperar a que la alcanzaran para pelear. Además estaba más que segura que podría con ellos y salir de allí sin rasguño alguno, pues fue entrenada para eso y más.

La vida de Akala WinterWhere stories live. Discover now