3. Una cazadora y tres lobos

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Los tres lobos que corrían detrás de Akala, la alcanzaron finalmente y la chica emocionada y con ganas de pelear, se preparó para cuando la atacaran. El lobo negro fue el primero en atacar abalanzándose sobre ella, Akala reaccionó al movimiento agachándose y pegándole una patada en el abdomen, apartándolo bien lejos con el golpe. Luego saltó, esquivando al lobo plateado que fue el segundo en atacarla, éste intentó derribarla con la cabeza. Después rodó por el suelo tumbándose y posicionándose debajo de la loba marrón rojiza, a la que empujó con sus piernas en el abdomen lanzándola contra un árbol.

-Hecho- dijo Akala levantándose y sacudiéndose las manos.

El lobo plateado rápidamente se recompuso, pues fue el que menos daño sufrió y gruñó amenazante. Se abalanzó hacia Akala sorprendiéndola por la espalda. La chica se giró, pero no le dio tiempo a reaccionar, cayendo al suelo con el lobo encima.

-Mierda- dijo por lo bajo, aunque el lobo la escuchó.

-"¿Eres una cazadora?"- preguntó el lobo que estaba encima de ella.

-"¡No te quedes ahí parada!"- escuchó la chica decir a una voz en su cabeza que no escuchaba desde hace años.

-"¿De verdad eres tú?"- preguntó Akala sorprendida a la voz, quien resultaba ser su loba.

Akala miró a los ojos al lobo plateado y sonrió. Éste se perdió en la mirada azul que tenía la chica. Sin tardar un segundo, la cazadora se giró con el lobo todavía encima de ella y se transformó. Una loba negra con la zona de los ojos y patas blancas apareció en su lugar. Eso tomó por sorpresa al lobo y Akala sin tarda un segundo le golpeó con la cabeza, haciendo que se apartase.

-"Nos vemos"- dijo la loba negra al lobo plateado saliendo de allí mientras sonreía.

Después de dejar atrás a los lobos, la chica se detuvo un tiempo en mitad del bosque para hablar con su loba.

-¡Ahora es cuando apareces!- gritaba Akala en voz alta.

-"Ese lobo estaba a punto de matarte"- le contestó su loba.

-¡Podía yo sola!- le dijo la chica enfadada -Además, me abandonaste todos estos años y resulta que apareces solo porque un lobo iba a matarme, ja- dijo Akala con gracia -Me entrenaron para saber defenderme de eso, llegas tarde.

-"¡No podía estar contigo, si estabas con ellos!"- le reclamó su loba refiriéndose a los cazadores.

-¿Y por qué ahora?- le preguntó dolida Akala, pues su loba la rechazó por mucho tiempo -¿Por qué ahora sí?- volvió a pregunta la chica.

-"Porque quiero ayudarte Akala"- le dijo su loba con un tono tranquilo.

-¿Ayudarme? ¿Ayudarme a qué?- le preguntó enfadada.

-"A volver a casa"- fue lo último que dijo.

-¿A casa? ¿Cómo que a casa?- preguntó confundida, pero su loba no le respondió -¡No puedes dejarme así!- gritó haciendo resonar su voz en medio del bosque.

Cabreada por no tener respuesta, la chica volvió a su casa. Nada más llegar, fue al despacho donde le esperaba su madre.

-Ya he vuelto- dijo entrando en la habitación y cerrando la puerta.

-¿Y bien?- preguntó la mujer mirándola.

-Todo está despejado, están lejos de aquí, así que estamos a salvo y seguros- le dijo a la mujer frente a ella -No creo que vengan aquí y tampoco creo que sean una amenaza. Yo misma he podido con ellos.

La vida de Akala WinterWhere stories live. Discover now