Capítulo 9

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Después de que Arael seguía pensando, mirando confundido a la nada, yo estaba anonadada

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Después de que Arael seguía pensando, mirando confundido a la nada, yo estaba anonadada. No podía creer todo lo que ellos habían sufrido y luchado por estar vivos.

—yo... —habló Aspen desganado, cansado. Siempre tenía esa actitud.

Salí de mis pensamientos y me concentré en lo que iba a decir Aspen.

<Mi nombre completo es Aspen Jayden Leblanc, tengo 20 años y soy un demonio del inframundo. Mi padre es el rey de fuego y junto con mi hermano, ellos hacen que todo sea una pesadilla para mí. Mi madre murió en la guerra en donde también murieron los padres de Arael, la quería muchísimo y fue por eso que la relación con mi padre empeoró. Nosotros los demonios tenemos una costumbre, que es ir al mundo de los humanos y apoderarse de ellos, su alma, todo. A mí me mandaron primero ya que soy uno de los principales en el reino, pero yo soy diferente. No soy de los que roban sus almas o hacen cosas malvadas, mi madre era muy buena y eso siempre me inculcó, no debía lastimar a ningún humano. Cuando llegué a la tierra, fue en ese momento que supe sobre ti ya que mi padre también te buscaba y quería matarte... pero yo te encontré primero y ahí fue cuando te conocí. A lo mejor tú no me viste pero yo a ti sí, siempre lo hacia y una manera era apoderarme de la muñeca que tenías y verte todos los días, escuchar tu voz, sentir lo que tú sentías en esos momentos, ver cómo las niñas te despreciaban y te odiaban, vi todo y sé todo sobre ti. En lo que sí tuve culpa es en no decirle a Arael que yo te conocía, tenía miedo que todo fuera falso y te hiciera daño, es por eso que me uní a él para comprobar mis sospechas, que resultaron falsas después de todo. Lo siento si no fui sincero al principio pero jamás lo hice por maldad o porque tuviera un plan... Mi vida es algo extraña y confusa pero trato de sobrevivir a ello y que nada me afecte demasiado.>

Al parecer odiaba hablar de su pasado pues una mueca surcaba su rostro pálido. Aspen encontraba exhausto, frustrado debido a tanta información.

—ahora entiendo tu lealtad, los demonios no son así. Pase lo que pase ellos siempre suelen traicionar a las personas... pero tú lo hiciste por ella. También la querías salvar. —Arael sonrió satisfecho y volviendo al asunto en el que estábamos.

Me encontraba pensando en todo lo que había dicho Aspen, tenía un hermano y eso me impactó tanto. No quería saber qué tipo de relación tenía con su familia pero sabía que era muy mala. Así que decidí no preguntar más sobre ello, sabía que a él le dolía hablar de ese tema.

—Entonces después de toda la información ahora si me dirán ¿Quién provocó todo esto? ¿Qué busca? ¿Cómo podré controlar mis poderes o lo que tenga? —respiré profundo, tranquilizándome para no exaltarme de nuevo.

Quería que me explicaran todo de una vez, no quería esperar más tiempo pero sabía que tendría que hacerlo, eso no era fácil y menos para ellos. Ellos se miraron y pasaban saliva casi al mismo tiempo, me agradaba la idea de que fueran a contarme porqué tanto me necesitaban.

Alas sombríasOnde as histórias ganham vida. Descobre agora