Capítulo 43

449 43 0
                                    

Me levanté de la cama con breve confusión, Khaleessi miraba muy preocupada a Viktor y cuando llegué hasta ellos ella me agarró la mano

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me levanté de la cama con breve confusión, Khaleessi miraba muy preocupada a Viktor y cuando llegué hasta ellos ella me agarró la mano.

—necesito que me ayudes en algo. —suplicó y me miró con esos ojos azules zafiro.

Yo no negué y tampoco acepté, no sabía lo que estaba pasando y era mejor descubrirlo o verlo con mis propios ojos. Ella me jaló y salimos de la habitación, el pasillo que nos daba a otra dirección estaba cubierto de copos. En las paredes había solo un cuadro de una mujer con una corona de hielo, no era Khaleessi y por el nombre que venía en cursiva en la parte inferior de este, supe que era su madre. La belleza era mucho mayor, aunque su madre ya estaba algo vieja aún así se podía notar la frescura de su rostro, ella estaba envuelta en anillos y joyas de diamantes, zafiros o gemas de varias tonalidades. Su corona era muy sencilla para ser de una reina pero solo con ver los picos imponentes que sobresalían de esta, decía muchas cosas. Viktor caminó con velocidad hasta la otra puerta y la abrió, así dejando ver un paisaje hermoso.

Mis ojos se iluminaron, un frío me recorrió todo el cuerpo. Khaleessi salió y me lanzó una sudadera gris, hacia mucho frío afuera y más por la nieve que caía. Me la puse con rapidez y salí al exterior. Mis pies rápidamente se llenaron de nieve, observé los árboles que estaban en frente de nosotros; tenían pocas hojas, estaban cubiertos de copos de nieve y las ramas estaban apunto de caerse. No me detuve a verlos con detenimiento pues estos dos chicos me necesitaban. Los dos caminaron de prisa en la nieve y yo apenas podía seguirles el paso y es que ellos ya estaban acostumbrados a vivir de esa manera, mientras que yo solo me acostumbré a vivir en el mundo humano. No me dí cuenta que el cuarto en donde había estado anteriormente estaba separado de los demás, cuando Viktor caminó a la derecha pude ver que varias casas se amontonaban y que personas corrían de un lado a otro, gritaban y otras lloraban. Esto era un caos.

Cuando llegamos hasta ellos, yo me moría de frío. Estaba temblando y mis alas no me podrían cubrir. Khaleessi se agachó y miró un cuerpo que se encontraba en la nieve. No me dí cuenta de quién era hasta que me puse atrás de Viktor y vi la escena. Era el cuerpo de un niño, sangre empapaba su túnica, nueve cubría su cabello junto con algunas ramas y hojas de árboles. Una señora lloraba a un lado de este y suplicaba que lo salvaran pero la princesa no podía hacer nada. Ella no poseía la habilidad de sanar heridas y creo que por eso me habían llamado a mi. Viktor se giró para verme y se mordió el labio.

—¿puedes salvar a este pequeño? —su acento era muy pronunciado. La voz muy imponente para un joven como él.

Su mandíbula afilada destacaba más que todo, sus ojos morados me miraban con desespero y yo no quise negarme a ello. Su cabello parecía revolverse con la nieve y le daba un aspecto más tierno.

—está bien... —dije bufando y él solo bajó la cabeza agradecido.

Khaleessi se apartó y yo me tiré en la nieve. Levanté las ropas del muchacho y vi la terrible herida que pasaba de su costilla hasta su costado izquierdo. Sangraba mucho y no me detuve a ver más la herida. Coloqué mis dos manos en su torso y cerré los ojos. Respiré profundo y extendí mis manos para que mi poder de sanación hiciera efecto. El silencio siempre había estado presente, siempre me seguía a todos lados.

Alas sombríasWhere stories live. Discover now