Capítulo 17

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Desperté adolorido, mi cabeza quería estallar de dolor

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Desperté adolorido, mi cabeza quería estallar de dolor. Parpadeé varias veces para poder ver mejor a mi alrededor. Casi no recordaba mucho lo que había pasado, tampoco sabía por cuánto tiempo había quedado inconsciente. Me senté en la cama y cuando pude visualizar el lugar en el que me encontraba me quedé impactado.

No, no. ¡Otra vez no!

La habitación estaba oscura, muy apenas podía notar la luz que se asomaba por la ventana. Lágrimas de tristeza y dolor salieron sin previo aviso. Esa habitación me traía malos recuerdos, también había buenos pero sentía que los peores habían invadido todo ese lugar. Habían ocasionado que todo nuestro mundo colisionara, que todas las personas se volvieran malas sólo por mi padre. Estaba furioso, decepcionado de que mi hermano fuera capaz de estar del lado de ese sujeto, que aunque yo compartiera la misma sangre con él, yo no pensaba considerarlo como familia mía.

Él había hecho muchas cosas malas al mundo, había permitido que los demonios se apoderaran de los humanos y consumieran sus almas convirtiéndolos en más poderosos y fuertes. Todo eso se derrumbó cuando mi madre murió, cuando el dolor y la sed de venganza cobraron vida dentro de mi padre. Y ahora sólo quedaba el sentimiento de rencor en su corazón.

La puerta se abrió despacio, un destello de luz iluminó toda la habitación haciendo que cerrara los ojos. Cuando me acostumbré a ella localicé a uno de los esclavos de mi padre. Aún recordaba su nombre, Caspian. Era uno de mis mejores amigos, una de las personas más amables que había conocido en aquellos tiempos. Lastima que mi padre maldijo y echó a perder todo lo que tocó. Ahora las personas a su alrededor lo consideraban el rey más sádico, enfermo y diabólico de todos. Todo lo que tocaba mi padre se convertía en ceniza o en algo malvado. Con un solo chasquido de dedos podía tener al mundo a sus pies y gobernar de una manera que nadie podría olvidar su nombre.

El rey de todos los demonios.

El rey de fuego.

El rey Callum.

El Dios de la muerte, así era como lo llamaban en aquel tiempo y no dudaba que aún le llamaran así. Tratando de olvidar todos aquellos malos recuerdos, me levanté como pude. Un mareo se presentó y estaba apunto de caer al piso pero Caspian lanzó al suelo una bolsa de sangre. La observé detenidamente y con demasiada repulsión la tomé. Odiaba beber sangre, pero era necesaria para vivir y ser más fuerte.

—debes de ir con el rey —habló Caspian con la mirada baja.

Le observé detenidamente. Lucía ropas desgastadas, restos de sangre había en su camisa y un gesto de dolor invadía su rostro. Me destrozaba verlo de esa manera pero no podía hacer nada, era mi palabra contra la de mi padre que ahora le consideraban el rey de ese horrible mundo. Caspian se retiró y dejó la puerta abierta, pensaba escapar o planear algo para huir pero sabía que no iba a ser muy fácil. Terminé de beber la sangre y dejé la bolsa en la cama. Caminé hasta llegar a la salida de la habitación y me asomé para ver si había alguien en las afueras de esta. No había ni una sola alma.

Alas sombríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora