Ala rota

16.7K 1.5K 31
                                    

Supe que algo andaba mal cuando Irina regresó aquella noche.

Estaba llena de sangre y a juzgar por el color, a menos que hubiera peleado con un vampiro, gran parte de esta era suya.

Antes de sacar ropa de su armario a velocidad sobrehumana y meterse al baño a darse una ducha igual de rápida, arrojó sobre mi mesa de noche algo viscoso. Hubiera saltado asustada ante una situación semejante, pero sabía que Irina no me lanzaría algo que pudiera hacerme daño.

Cuando me acerqué a verlo mejor, se movía aún, como la cola de una lagartija que ha sido arrancada. Una membrana viscosa y ligeramente transparente, oscura y brillante a partes iguales, como una telaraña contaminada.

—Un hada oscura —susurré sin poder controlar un escalofrío.

O, para ser más exacta, el pedazo de ala de un hada oscura. Palpitaba como un corazón recién arrancado chispeando cada pocos minutos. Era pequeño, lo justo para alcanzar en la palma de mi mano, pero lucía tan amenazador como si alguien hubiera escrito algo con sangre sobre él. Aparté la mirada, incómoda.

Esperé a Irina, con los segundos marcados por el leve palpitar del ala. Una melodía que poco a poco perdía fuerza.

Nina salió vestida con un camisón blanco hasta medio muslo, lleno de tules que flotaban suavemente a cada paso suyo. Sin embargo, su apariencia de ángel contrastaba de forma espeluznante con su expresión entre furiosa y dolida. Sólo entonces me fijé mejor en por qué había elegido aquella prenda: dejaba al descubierto todas sus heridas.

Tenía un corte en el muslo que ya empezaba a sanar, y sobre el que pasaba sus dedos cada pocos segundos. Cuando intentó dar un paso, cojeó con una mueca de dolor.

—¡Nina!

—No te acerques, puede ser peligroso.

No le hice caso, su sangre no me daba miedo.

—Tonterías, ¿qué diablos te ha pasado? Ven dame tu brazo, te ayudo a caminar.

Puso los ojos en blanco ante mi insistencia por ayudarla en los cinco pasos que tomaba ir hacia su cama desde allí pero de todos modos aceptó. Cuando la senté en su cama noté el brazo del que la tenía cogida. Estaba lleno de diminutos puntos negros. Nuestros ojos se encontraron a medio camino.

—Esa tipa nunca pasó la edad en que dejas de morder cosas —dijo como si lo explicara todo.

Le alcé una ceja (estaba mejorando cada vez más en hacerlo), sintiendo que sonreía a pesar de intentar con todas mis fuerzas no hacerlo.

—Vale, deberías ver cómo quedó ella.

—Pudo ser peor, ¿cierto?

Ella miró su pierna. La herida era una fina línea morada, como si acabara de hacerse un mal rasguño. Sin embargo, su pierna, nívea y suave como el satén, estaba tomando una extraña coloración lila.

—Veneno de hadas —dijo ella.

Un vago recuerdo de una clase de primer año, cuando Nina aún era “la chica Britt”, una muchacha genio, solitaria y algo enfurruñada, y yo era Emmeline, la tímida, flotó ante mis ojos. Un señor Schramm con diez kilos menos y un cabello mejor cuidado sonriendo ante su expectante clase.

—Niños, hoy aprenderemos la quinta cosa que deben saber sobre las hadas —chasqueó los dedos y una lámina voló desde los estantes y se desplegó ante nosotros. El dibujo de una chica delgadísima y con unas finas alas doradas se reveló ante nuestros ojos—. Esto es un hada a tamaño real —dijo el profesor colocándose al lado para hacer más evidente la diferencia de casi medio metro—. Empezaremos con lo básico. Sí, las hadas tienen alas y magia, pero si hay algo de lo que deben cuidarse, es de estos pequeños y traviesos colmillos.

Muchos jadearon y Priscilla Parnham alzó la voz:

—Eso es ridículo, las hadas son criaturas hermosas, no tienen colmillos. Esos son los vampiros.

El señor Schramm se rió tan fuerte que casi hace caer la lámina.

—Por supuesto que son hermosas —dijo secándose las lágrimas con el dorso de la chaqueta— y, señorita Parnham, tienen los colmillos más bonitos que va a ver. A menos claro que se enamore de un vampiro y… bueno, ya saben, el amor, el amor. Sólo déjenme decirles algo: ni siquiera la mordedura de vampiro es tan mala. No me den sus malditas caras de incredulidad. Un vampiro te muerde y mueres o te conviertes con mucho dolor, ¿me siguen? Un hada te muerde y vas a morir entre los más terribles sufrimientos. Son pocos los que viven para contarlo, a menos que tomen un buen antídoto. La mordedura de cinco hadas te mataría en minutos, así que piénsenlo mejor antes de intentar meterse con ellas.

El color lila me paralizó. ¿Cuánto estaría sufriendo Nina? Tenía los labios apretados y sus dientes estaban sobresaliendo un poco. Y aunque no se sabía mucho sobre las hadas oscuras, nadie decía que su veneno fuera menos efectivo que el de las normales.

—¿Qué hacemos?

—Nada, no creo que me mate. Ni siquiera estoy viva del todo.

Me dieron ganas de abofetearla cuando dijo eso.

—Rápido, tienes que tomar un antídoto. Iré a la biblioteca por un libro, tiene que decir algo. En los armarios de la enfermería podremos…

—¿Y vas a conseguirlo en medio de la noche? —me interrumpió ella con la sonrisa condescendiente que usaba cuando creía que yo exageraba.

—Prefiero hacerlo antes de que sigas así, eso mata.

—¿A un vampiro? —bufó ella—. La verdad no lo creo. Sólo… arde un poco.

—Sí, y tú sólo estás pálida por falta de sol.

Nina puso los ojos en blanco y siguió pasando los dedos por su muslo, hasta que la herida despareció del todo. El color, sin embargo, empezaba a ser cada vez más alarmante. Cuando pude ver que su brazo empezaba a llenarse de finas líneas moradas, tan delgadas como venas muy marcadas, me puse de pie.

—Nina, esto es serio.

Se quedó mirando el piso durante varios segundos y luego, con un fluido movimiento, se colocó junto a su armario. Un minuto después, estaba vestida.

—Tú no vas —dijo de forma categórica.

—Apenas puedes caminar y será menos raro que estemos las dos.

—No, Mel, no tienes que arriesgarte por mí.

—Lo voy a hacer de todos modos, así que no perdamos tiempo siquiera considerando discutirlo.

Nina sonrió, con todo y colmillos.

-----------

Hola a todos!

Dos capítulos porque uno solo quedaba muy corto!

Espero que los disfruten y que les vaya genial. Gracias a todos los que comentan!!

Ya se empieza a aclarar un poco el tema de la marca, aunque yo sigo buscando un mejor título para el libro, me parece que este queda muy repetido (lo juro, hay como diez libros con el mismo nombre) y si se les ocurre alguno, sería genial tener sugerencias. Aunque sea por mensaje, si son tímidos :D

Saludos!

Vale

La marca del lobo (Igereth #1)Where stories live. Discover now