La marca del lobo (Igereth #1)

El ritual de invocación

—¿No está solo?

—Hadas —respondió Nina—. Hadas oscuras.

—Genial, más submundos, justo lo que necesitábamos.

Como si acabaran de escucharlo, la puerta se abrió con tal fuerza que saltó de sus goznes. Nina no había mentido. Dos hadas se precipitaron al interior con esferas de energía negra emergiendo en la palma de sus manos.

—Driggers sigue allí, creo que espera que se deshagan de nosotros —dijo Irina.

Las dos hadas nos miraban con sonrisas maliciosas. Ni siquiera esperaron que nos organizáramos para lanzarse contra nosotros con la fuerza de dos cañones. Probablemente fueran parientes del hada a la que Nina le arrancó el ala porque parecían dispuestas a convertirnos en coladores humanos.

Podíamos superarlas en número pero ya había chocado dos veces con Kyle en nuestros intentos de atinarles un golpe. Además, ellas podían volar. Y lo hacían tan rápido como corría Nina. Se me ocurrió la idea al mismo tiempo que James intentaba lanzarles los restos del escritorio como municiones. Teníamos que cortarles las alas. Lo dije en voz bajita, para que sólo Irina me escuchara. Su asentimiento me dijo que lo había captado.

Empecé a preparar discos de energía, lo suficientemente potentes para atravesarlas. En medio del caos que creamos luchando con ellas, esquivando golpes y colmillos, me llamó la atención una figura frente al pentagrama.

Driggers acababa de entrar y no me había dado cuenta de lo cerca que tenía los colmillos del hada. Ni siquiera nos miraba. Tenía la vista fija en el pentagrama, mientras alzaba las manos en una coreografía que carecía de sentido para mí.

Pero Kyle tenía otros planes en mente. No sé qué pretendía, pero creó un escudo lo suficientemente grande para atraparlas contra las paredes de la cabaña. Al instante ambas empezaron a golpearlo con esferas de energía. Sus pequeños y bellos rostros estaban furiosos. Desde este lado, parecía un espectáculo de macabros fuegos artificiales.

James estaba entre Irina y yo al segundo siguiente.

—Driggers la va a completar —gritó sobre el alboroto causado por las hadas. Supe que poner el escudo había sido idea suya en cuanto lo dijo—. Necesitamos pararlo. Cuando Kyle suelte esto, ustedes…

—Olvídalo —dijo Irina— yo me encargo.

El ruido de una explosión hizo que Kyle gritara algo que sonaba como "James, apúrate". El aludido decidió no discutir.

—¿Qué piensas hacer? —preguntó, sin perder de vista el escenario.

Irina clavó sus ojos en la figura de Driggers con una rabia criminal.

—Ya me cansé. Voy a morderlo.

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Sí, sí, ya sé que los dejé esperando mucho tiempo por esto, pero aquí hay tres capis para compensar :D

Y ya tengo casi listos los que siguen, así que felices por siempre todos! Actualizaré pronto, no desesperen. Igual saben que siempre dejo los capis al borde de la muerte muajajaja

Saludos!

Vale