Where are you? | Compas.

• Capítulo 12; Mi amigo.

─Hace tiempo escuche de un chico con las características que dices, buscó trabajo en todos lados pero ya sabes como es aquí ¿no?

─Si, lo se... sigue por favor.

─¿Seguir? Creo que ya no recuerdo nada más.─ Hablo una chica de cabellos castaños junto a una sonrisa coqueta, el chico suspiro y sacó de su bolsillo unos cuantos billetes entregándoselos a la contraria quien asintió con un vil brillo en sus ojos.─ Acabo de recordar algo ¿todo te es útil?

─Así es.─ Murmuró, ambos caminaron hasta una habitación donde decidieron sentarse en la cama para seguir su platica.

─Cómo te dije los trabajos buenos no abundan por aquí aunque hay mucha gente de poder, el cómo yo y otra mucha gente tuvo que recurrir a trabajos sucios... se puso un apodo para que nadie lo conociera o encontrara, y un día tan sorpresivo como el día en que llegó se fue.─ Término por decir mirando la pared de la habitación con una expresión triste.─ Sabes, lo malo de trabajar en esto es que no puedes encariñarte pero el se ganó la amistad de muchos de nosotros así que cuando se fue simplemente pudimos pensar que alguien se lo había llevado.

El chico asintió sintiendo una presión en el pecho tras escuchar lo ocurrido lamentándose de no haber estado ahí para ayudar a sus amigos. La chica le acarició la espalda junto a una débil sonrisa para apoyarlo aunque no servía de mucho, no cuando por dos años tenías la esperanza de encontrarlo.

─El se fue hace un año, tienes oportunidades de encontrarlo.─ Murmuró la castaña.

─Necesito saber si hablamos de la misma persona.─ Hablo el chico mirándola.─ ¿Sabias su nombre?

─Si.─ Dijo mirando el suelo por unos segundos, el dinero que anteriormente el chico le había dado lo dejo en la cama levantándose para salir de aquel cuarto.─ Jamás pensé volver a decir su nombre...─ Abrió la puerta del cuarto y miro a los tristes ojos azules del contrario sintiendo pena por el.

─Yo en serio necesito encontrarlo.─ Dijo al borde de las lágrimas.

─El mundo es tan grande y asqueroso que lo único que puede ayudarte es seguir teniendo esperanza.─ Murmuró lo ultimo limpiando rápidamente una lágrima para no estropear su extravagante maquillaje.─ Su nombre era Miguel ¿Ese es tu amigo, no?

─Si, ese era mi amigo.─ Murmuró, la castaña asintió y salió del cuarto cerrando la puerta detrás de ella.

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