• Capítulo 14; Río.

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Sus sentidos se reconectaron con su corazón al sentir una calidez que hace tiempo no sentía, no podía ver más no era necesario por que podía escuchar, alguien le tomaba de la mano y varias risas resonaban haciendo que su cabeza le doliera. Se alteró al escuchar como alguien llamaba su nombre, era una voz que conocía y sin embargo no recordaba a quien pertenecía.

Sígueme, debes seguirme.─ Escucho nuevamente, incapaz de hablar sólo trataba de negar con la cabeza junto a los escalofríos que recorrían toda su espalda haciéndole temblar.─ No me dejes ir solo... no quiero ir solo otra vez.

Entonces un llanto hizo vibrar el lugar en donde estaba mientras sentía como su ropa se empapaba, empezó a mover con desesperación las piernas para flotar pero no podía, el debate mental de soltar o no la mano que lo ataba a aquella superficie le estaba queriendo hacer llorar de la impotencia.

No me dejen de nuevo, no dejes que me lleven.─ Suplico esa voz aferrándose a su mano, el oxígeno desaparecía de sus pulmones a cada segundo que pasaba y su cuerpo se volvía más pesado de lo normal.─ ¿Por qué me dejaste ir?

Esa pregunta; el dolor se hacia insoportable, ya no quería estar ahí pero seguía atado. Sus lágrimas desaparecían mezclándose con el agua que lo había sumergido, deseaba que sus recuerdos pudieran también desaparecer de esa manera y nunca más volvieran a atormentarlo.

Ustedes son mi familia, los amo, los amo tanto chicos.─ Se despedía pero no sabia por que lo hacía, la calidez que sentía se había vuelto tan fría que creyó congelaria su cuerpo por completo.─ Ari mírame.- Ordenó con una voz más grave que hizo eco en su cabeza.─ Mírame.

─¡No, no quiero!─ Grito haciendo que el agua entrará por su boca.─¡Déjame ir!─ Pidió antes de sentir el agua dentro de el ahogándole.

Está bien.─ Murmuró la voz para después soltarlo sintiendo como alguien lo sacaba del agua.─ Adiós Ari...

─¡Ari ya estoy aquí, estoy aquí amigo!─ Grito una voz que le hizo volver del trance, trato de recuperar el aire que había perdido aferrándose a los brazos de su amigo quien le sostenía fuertemente para que no callera.

─¡Fle-Flex!─ Lo llamo, su amigo le miraba preocupado, sus ojos se llenaron de lágrimas que rápidamente salieron recorriendo sus pómulos rojos.─ ¡Ya no quiero, no puedo!─ Grito escondiendo su cabeza en el pecho ajeno quien no dudo en abrazarle.─ ¡Lo deje ir!

─¿A quién?─ Pregunto el peliazul acariciando la espalda del contrario quien sudaba exageradamente, sin embargo estaba pálido y realmente frío.

─¡No lo se!─ Lloro aún más impotente al no saber a quien no pudo salvar. Y era cierto, ya no podría salvarlo; su alma se encontraba al fondo de un río, vagando por el agua totalmente sólo.

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@someonepink__

Where are you? | Compas.Where stories live. Discover now