Where are you? | Compas.

• Capítulo 34; Sorpresa.

─Hoy iremos a pasear─ .Anuncio el peliazul felizmente, se le veía tan preparado como todas las veces en las que salían, llevaba en sus hombros una mochila pequeña y colgando por su cuello su cámara fotográfica.

─¿Para que llevaras la cámara?─ Preguntó el castaño aún extrañado de la impaciencia y el buen humor con la que su amigo había despertado.

─Hace mucho que no he sacado fotos y necesitó nuevas para mi álbum.─ Se apresuró a contestar.─Vámonos ya, quiero ir a comer algo urgentemente.

El más bajo le tomó del brazo arrastrándolo y sacándole de su hogar, Ari le miro extrañado e indispuesto a preguntar el por que de tanta felicidad, seguramente era su cumpleaños y él lo había olvidado, sin importar que pasara le animaba ver a Flex tan contento.

Apenas llegaron al centro comercial se sentaron en una de las mesas de un establecimiento de comida rápida, el peliazul miraba el menú ojeándolo varias veces hasta repetirlo una y otra vez, era obvio para el que iba a pedir. El encargado les miraba con una mueca de molestia mientras la suela de su tenis chocaba repetidas veces con el piso.

─Sólo quiero una hamburguesa sencilla y un refresco.─ Ordeno, el joven que le atendía asintió rodando los ojos para después irse, el ojiverde negó con la cabeza mientras reía.

─Estas un poco ansioso.─ Comentó sorprendiendo al más bajo.─También estas en otro mundo.─ Dijo riéndose.

─Estoy pensando en algo, planes para el futuro.─ Se excusó mirando a sus lados y a su reloj repetidas veces.

─Pienso que quieres decirme algo pero a la vez no puedes...─ Siguió el castaño, sabía cómo hacer hablar a Flex, lo conocía perfectamente. El ojinegro chillo junto a una sonrisa un poco extraña.─ Flex, hoy no es mi cumpleaños se que te puedes confundir con abril y agos...

─No, espera un poco más.─ Le interrumpió moviendo sus brazos para callarlo.─ Es una sorpresa.

─No tenias que darme un regalo ¿Por qué me darías un regalo hoy?─ Preguntó confundió.

─¡Deja de preguntar tantas cosas y espera!─ Gritó no tan alto, el ojiverde le sonrió tímidamente susurrando un casi inaudible "perdón".

Esperaron varios minutos más, lo que fuera que Flex organizará se estaba demorando, apenas su comida llegó el empezó a comer mientras que el contrario seguía mirando a sus alrededores. Término de comer y Flex no había tocado ni con un cubierto su hamburguesa.

─Flex.─ Le llamó alargando la vocal.

─¿Qué quieres?─ Preguntó sin despegar su mirada del celular, este de pronto vibro haciendo sonar una alegre melodía que el peliazul apago rápidamente. Los ojos negros del contrario le miraron junto a una gran sonrisa, se levantó y le tapó los ojos al castaño con rapidez.─¡No puedes ver hasta que yo te diga!─ Le ordenó.

─Ahg, me picaste un ojo idiota.─ Se quejo mientras asentía, no podía ver absolutamente nada.

─Perdón.─ Se rio.─ A la cuenta de uno... dos...─ Contó, le pareció eterno la transición al numero tres, no obstante, ese numero nunca llego.─ Y...─ A largo la letra hasta que quitó sus manos dejándole ver por fin su "sorpresa".

Boquiabierto miro anonadado los ojos de cada una de las personas que le miraban con alegría.

─Oh dios mio...─ Murmuró antes de levantarse y recibir un enorme abrazo grupal. Hace demasiado tiempo que no lloraba de alegría. Era una sensación de lo más satisfactoria.

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