Capitulo 58; Laberintos.

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La vida suele dar muchas vueltas a un asunto, perfora y tormenta la mente humana hasta llevarlo a la locura o la reflexión,  es gracioso que siempre haya dos caminos que escoger; el bien y el mal.

Mike lo reflejaba a la perfección, era el bien que alegraba a sus amigos y el mal que los hundió. Pero no todo fue su culpa, una sería de eventos e ideas desafortunadas iniciaron su mala racha que Mike se encargó de darle final.

Suspiró, hoy nuevamente llovía en su ciudad y alguna que otra persona entraba al local donde trabajaba por algún café. Detestaba ese amargo sabor pero le traía muchos recuerdos, tal vez escogió trabajar ahí. 

Atendía a la gente con su mejor sonrisa, fingida obviamente, pero que alegraba a los clientes, se alejaba e iba por los pedidos a la barra. La campana de local indicó que alguien más había entrado, miro de reojo al cliente que se acercó al mostrador observando el menú.  Su pelo turquesa con mechas magenta resaltaban de ese lugar cálido.

-Mike, llévalo a ese chico su pedido.- Murmuró un peliverde con cara de sueño, el rubio asintió y tomó las cosas. Miro mientras caminaba al peliturquesa, se notaba perdido y ansioso mirando a sus alrededores con algo entre manos, aparentemente era un pastel.

-Aquí está su chocolate caliente y su rebanada de pastel de naranja, espero le guste.-Anuncio dejando la comida en la mesa y sonriéndole al chico frente a el que lo miro inspeccionándolo por completo haciéndole sentir un poco incómodo.

-Gracias.- Murmuró correspondiendo con una pequeña sonrisa, el rubio asintió y se fue nuevamente al mostrador observando el pequeño escenario que sus compañeros armaban, suspiro y se fue a la parte trasera donde se preparaba para terminar su turno.

Una vez listo tomó su paraguas , salió del local miro a los lados y lo abrió para no mojarse demasiado sin embargo a unos pasos de el se encontraba aquel peliturquesa ahora más sonriente y mojando se mas de lo que ya estaba. Eso le hizo extrañarse.

Camino hacia el y colocó el paraguas sobre el, el chico más alto le miro un tanto sorprendido por su presencia. El rubio le sonrió ligeramente, no podía dejar que aquel chico se enfermara por una tanta lluvia.

-Gracias, olvide en casa mi paraguas.- Murmuró el chico.

-Eso es raro, anunciaron en las noticias que por la tarde llovería.- Contestó con cierta gracia que hizo reír al contrario.

-No soy de aquí, vine a buscar a alguien.- Contestó.

-Entiendo, para tu mala suerte está es una ciudad grande.

-Tengo fe en que lo encontrare.- Contestó optimistamente.

-Espero lo encuentres, por cierto puedes llamarme Mike.

-Yo soy Mondo.- Contestó, ambos empezaron a caminar.

-¿Y como se llama a la persona a la que buscas?- Pregunto con curiosidad el rubio.

-Se llama Miguel pero hay millones de Migueles en el mundo, una aguja en un pajar.- Contestó, el rubio asintió.

-Es gracioso… yo me llamo Miguel.- Murmuró soltando una pequeña risa.

-Que coincidencia...-Murmuro, ambos siguieron caminaron.

[…]

-¿Timba?- Hablo con su teléfono en altavoz, se encontraba en soledad en aquel cuarto de hotel.

-¡Mondo, amigo! ¡Hay tantas cosas que quiero contarte!-Hablo con efusividad el peliazul, el más alto se sintió feliz por escucharlo de esa manera.

-Yo igual...- Contestó.

-Dime ¿Qué ha pasado?- Pregunto el contrario, el peliturquesa suspiro.

-Yo… yo encontré a Mike.- Murmuró.

En la línea hubo silencio.

-¿Qué?- Se escuchó otra voz, una que no conocía.

Mondo trago saliva nervioso.

@Globit0o

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