Capítulo 01 - Bienvenida

1.5K 89 109
                                    

Al salir del aeropuerto el aire choca contra mi rostro, pequeños pelos se escapan de mi coleta bailando hacia mi rostro así que las pongo detrás de la oreja. Me paro un momento poniendo mi maleta a un lado y cojo el móvil para avisarle a mi tía de que voy a coger un taxi.

—¡Annie, Annie!

Alzo la vista e inmediatamente la visualizo a unos metros de mi. Camino rápidamente hacia ella y le doy un fuerte abrazo.

—Oh, cariño… —dice con voz dulce —¿Cómo estás?

—Ahora mismo me siento muy bien. Necesitaba esto tía, necesitaba irme.

—Lo sé cariño, lo sé —dice acariciándome la mejilla con dulzura.

Subo al coche con mi tía. Mientras conduce, observo Milán desde el coche: es precioso. Realmente, he hecho bien en venir aquí, cambiar de aires y ver caras nuevas.

—Este es el barrio donde vivo —anuncia mi tía.

Es un barrio con casas, unas son más grandes, otras son más pequeñas y cuando llegamos a la de mi tía, me doy cuenta de que a tres calles hay un parque.

—¿Sabes? En este barrio hay gente que va al mismo instituto en el que tú estás —asiento detenidamente.

—Mañana empiezo, ¿no? —pregunto cerciorándome.

—Sí —responde mi tía cerciorándose de que deja su coche bien estacionado —. ¿Está nerviosa?

—Un poco pero es normal. Ciudad nueva, país nuevo y empezar de cero —suspiro.

—Estoy segura que vas a hacer amigos pronto. Además, sabes italiano, no te va a costar comunicarte.

Afortunadamente en el instituto que estaba en California daba italiano de asignatura optativa; gracias a eso me defiendo con el idioma. Bajamos del coche, cojo mi maleta del maletero y entramos en casa de mi tía. Nunca he estado aquí así que me enseña cada rincón de la casa. Las habitaciones están en el piso de arriba.

—¿Te gusta esta habitación o prefieres otra?

—No —respondo observándola —. Esta esta genial.

La habitación es de un color rosa claro. La cama no es ni muy pequeña ni muy grande, la mesa casi al lado de la ventana —amplia y ancha, justo como me gusta —. Me acerco a la ventana viendo como el sol se esconde ya que va a ser casi de noche. La ventana da a la calle y justo delante puedo ver que hay otra casa. A unos metros hay un árbol bastante ancho y grande.

—Annie, voy a preparar la cena —me giro mirándola y asiento —. Instálate y cuando la cena esté lista de aviso.

—Vale. Si quieres que te ayude con algo házmelo saber.

—¿Vas a llamar a tu madre para decirle que estás aquí? —niego con la cabeza, a continuación mi tía pone su mano en mi hombro —Bienvenida cielo, estás en tu casa.

Una vez mi tía sale de la habitación cojo el móvil, pero solo para mandarle un mensaje a Elena informándole que he llegado. Ella es mi mejor amiga del instituto y cuando le conté mis planes de venir a Italia se puso mal pero lo entendió por mi situación. Después de colocar toda mi ropa en el armario y de colocar mis cosas del baño el cuarto de baño, escucho la voz de mi tía indicándome que baje. Cenamos tranquilamente mientras charlamos animadamente. Después de eso le ayudo a recoger y me ofrezco a tirar la basura. De repente, en la casa de enfrente, visualizo a un chico tirando también la basura. El chico no aparta su vista de mi, cosa que me pone algo nerviosa.

—¡Hola! ¿Acabas de llegar? —pregunta acercándose a mi.

—Sí, he venido por un tiempo indefinido.

Close  ✔️Where stories live. Discover now