Capítulo 25 - Amada

409 86 145
                                    

—¿Annie? ¿Sigues ahí?

—Sí, sigo aquí —sacudo la cabeza —. ¿Cómo estás? —cierro los ojos un instante y a continuación me siento sobre la cama.

—Bien y ahora que te escucho mucho mejor cariño —trago saliva con dificultad notando como una lágrima se desliza sobre mi mejilla —. ¿Tú cómo estás? Cuéntame, ¿qué tal en Italia? 

—Bien. Me he acoplado muy rápido. Estuve trabajando en un cine pero me lo tuve que dejar por los estudios.

—Cariño, no hace falta que trabajes. Tienes a tu padre y a tu tía, no te va a faltar nada.

—Lo sé pero ya sabes cómo soy.

—Lo sé pero ahora que estás en una situación mejor y sin problemas dedícate únicamente a estudiar y saca muy buenas notas, como lo hacías aquí.

—Lo sé. ¿Sabes mamá? —formo mis labios en una fina línea —Te echo mucho de menos —trago saliva intentando deshacer el nudo que se está formando poco a poco en la garganta.

—Yo a ti también cielo, muchísimo —dice y tras una breve pausa, prosigue: —Annie, perdóname por cómo he estado en los últimos tiempos. Tú no te merecías eso.

Me llevo la mano a la boca intentando no sollozar. No quiero que mi madre escuche como me estoy rompiendo.

—No pienses ahora en eso —niego con la cabeza —, lo único que quiero es que te centres en recuperarte. Lucha mamá, hazlo por mí, por favor…

—Annie, tú eres el único motivo por el que estoy aquí, luchando —asiento como si ella me pudiese ver —. Annie, te tengo que dejar ya —dice algo precipitada.

—¿Tan pronto? —me quejo.

—Sí —afirma soltando una risa, al oír eso, mi corazón brinca de felicidad porque hacía mucho tiempo que no la escuchaba reír.

—Te llamaré pronto.

—Vale cielo y estudia mucho. Te quiero.

—Y yo a tí.

Cuando la conversación concluye, me tumbo en la cama recordando a mi madre y cuando menos me doy cuenta, me quedo profundamente dormida.

A la mañana siguiente me despierto de repente, sobresaltada, como si el despertador me hubiese sonado muy fuerte. Miro el móvil viendo que son las seis de la mañana. ¿Hablé con mi madre anoche o todo ha sido un sueño? Miro las últimas llamadas que he hecho y, efectivamente, la llamé. No fue un sueño.

Después de darme una ducha rápida rápida y de desayunar, me pongo al lío con las cosas que tengo atrasadas del instituto y me pongo a hacer un trabajo que nos ha mandado hacer la profesora de literatura.

Durante la mañana, cuando mi tía se levanta, me marcho con ella a comprar algunas cosas que nos faltan para casa; pero no sé en qué momento, acabamos en el centro comercial no sin dejarnos el dinero en alguna que otra tienda de ropa.

—¿Qué tal me queda este vestido? —pregunta mi tía saliendo del vestuario, a continuación se da la vuelta mirándose al espejo.

—Te queda genial, sin duda cógetelo.

—¿Tan claro lo ves? —dice mirándose a ella misma con duda.

—Clarísimo.

Después de un par de segundos mirándose y de yo insistirle, finalmente se lo coge, pero antes de pagar, mi tía visualiza un vestido de color rosa palo e inmediatamente me manda que me lo pruebe. 

—¿De verdad me queda bien? —pregunto con dudas.

—Que si, no te lo pienses más.

—Mira quién fue a hablar —arqueo una ceja.

Close  ✔️Where stories live. Discover now