No soy conocida precisamente por quedarme callada, pero ahora por alguna razón mis palabras se deslizan por mi lengua justo entre tus labios. Me mantengo calmada mientras tú no dejas de sonreír, mientras digo todas las cosas que pienso.
Soy como tú...
Justo a la hora de cenar dejamos a mí madre en el centro no sin antes prometerle que pasaré todo el día con ella. Cuando una enfermera entra a darle la cena le hago prometer que se lo va a comer todo y con una sonrisa en su rostro, una sonrisa con tanta ternura, me lo promete y me marcho, no sin antes hablar con la directora pidiéndole un permiso para llevármela aunque sea por la tarde.
—Annie, insisto. Vente a mi casa a dormir —sugiere Elena por milésima vez después de haber salido del centro.
—Elena, no quiero molestar y yo en mi casa voy a estar bien.
—No molestas, mis padres me lo han dicho y yo también quiero que vengas y si me dices que no, irán a buscarte a tu casa y te llevarán arrastras. Además, quiero que aprovechemos el tiempo juntas, te vas dentro de nada.
Suspiro y miro a mí amiga totalmente indecisa. Ella me mira haciendo carita de pena.
—Por favor… —añade haciendo voz de pena.
—Esta bieeen. Tú ganas.
—¡Genial!
Después de pasar por mi casa y de recoger la maleta llegamos a su casa. Sus padres me acompañan a la habitación donde me voy a hospedar mostrándose muy cariñosos y atentos. Sinceramente, me alegro de estar aquí porque no me sentiría bien estando en mi casa sola.
A la hora de cenar, ayudo a poner la mesa y al concluir la cena, ayudo a recoger, aunque me ofrezco a limpiar pero se niegan a que limpie y me hacen retirarme y que descanse.
Poco después me voy a la habitación con Elena y empieza a contarme cosas sobre un chico con el que está empezando a salir ahora. De repente mi móvil se ilumina justo a mi lado. Es un mensaje de Caleb con una foto que no consigo distinguir hasta que la abro.
"¿Te gusta? Porque a mí me encanta. ¡Somos perfectos, no me fastidies!"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pd: ¿Cuándo vuelves? Se me está haciendo eterno, cariño.
El corazón empieza a bombear fuertemente contra mi pecho al leer su mensaje y al ver la foto. No puedo evitar sonreír de oreja en oreja.
—¿Qué te ha dicho Caleb? —Canturrea mi amiga acercándose a mí, le presto mi móvil para que vea la foto y el mensaje que me ha puesto —¡WoW! ¿Habéis ido a alguna gala de premios o algo?
Suelto una carcajada ante eso.
—No no, en absoluto. Una noche, hace unos días, llovía mucho y había tormenta y sabes que odio las tormentas, no puedo con ellas —Elena asiente —. Lo llamé y para distraernos me sugirió la idea de vestirnos como si nos fuésemos de gala: yo me puse un vestido de mi tía y él se puso un traje. Nos hicimos muchísimas fotos, esa nos la hicimos con el espejo de mi habitación.
—¿Le gusta mucho la fotografía?
—Sí. Siempre está haciendo fotos y a mí también.
—Realmente salís los dos guapísimos. Me gusta este chico para ti —concluye dándome el teléfono y a continuación le respondo.