Capítulo 22 - Estás aquí

447 84 105
                                    

A medida que Caleb circula por las calles pobladas de Milán yo me aferro a él con fuerza ya que me sigue dando miedo las motos. De repente veo como Caleb estaciona la moto en una calle completamente desierta que da a un parque.

Cuando nos bajamos de la moto caminamos en silencio hasta el parque, pero no es un silencio incómodo. Miro a nuestro alrededor dándome cuenta de lo solitario que está este lugar.

-¿Tienes miedo? -la voz de Caleb me hace aterrizar.

-Un poco. Al no haber nadie... ¿Nos sentamos? -digo señalando con la mirada los bancos.

Él asiente levemente y nos sentamos en unos bancos. Una vez nos sentamos le miro, él lo percibe y me devuelve la mirada.

-Si quieres no me cuentes nada, no tienes la obligación. Necesitabas aire y yo aquí estoy y no me voy a mover de aquí -digo poniendo mi mano en su pierna.

-Gracias Annie, de verdad -me sonríe dulcemente -. Pero sí, te lo voy a contar porque tú necesitas conocerme, saber mi historia al igual que yo sé la tuya -Caleb se posiciona, me coge la mano y entrelazamos nuestros dedos dejándolos sobre su pierna.

-Vale, cuéntame lo que quieras.

Caleb suspira profundamente, agacha la mirada para después alzar la mirada mirándome atentamente.

-Mi padre ha vuelto. Se fue cuando yo tenía cinco años -abro los ojos sorprendida -. Mi madre nos dijo a Callum y a mí que se fue de casa porque estaba con otra mujer. Mi madre se quedó con nosotros pero no aguantó mucho por el abandono de mi padre, entonces llamo a mi tío, el hermano de mi padre y él nos trajo aquí a Milán a vivir con él.

-O sea, que prácticamente, tú tío Jack os crió.

-Así es -asiente -. Estuve mucho tiempo sin ver a mi madre, muchísimo. Un día ella volvió a casa y nos contó lo que realmente pasó con mi padre.

Caleb hace una breve pausa mientras algunas lágrimas se deslizan sobre sus mejillas. Al verle así siento un nudo formándose en mi estómago y una especie de angustia invade mi cuerpo. Con la mano que me queda libre -ya que la otra mano sigue unida a la de Caleb -, le quito las lágrimas que caen por su rostro, y entonces él prosigue:

-Mi padre cayó en el alcohol, la empresa donde era socio con un amigo suyo se fue a la quiebra y un día mi padre cogió el coche ebrio con su socio y atropelló a una persona. Él dio a la fuga y pocos días después desapareció dejándole a mi madre una nota y... -la voz de Caleb empieza a quebrarse y las lágrimas caen por sus mejillas más rápidamente. Acorto la poca distancia que hay entre nosotros y termino abrazándole de nuevo paseando mi mano por su espalda suavemente de arriba abajo, haciéndole saber que estoy aquí. Poco después me separo de él limpiándole las lágrimas con los dedos y entonces, prosigue:

-A mi madre le afectó tanto su partida que no pudo más y llamó a mí tío para que se ocupase de nosotros.

-¿Y qué pasó con tu padre?

-Se entregó. Salió ayer de prisión. Cuando mi madre se enteró de donde estaba fue a visitarlo a prisión y cuando Callum tuvo el accidente, mi madre se lo contó a mi padre pero no hizo nada, ni llamo ni nada. No he recibido ni una sola llamada de él durante años y hoy se digna a aparecer y a hacer como si nada -esta vez su voz suena más dura.

-Lo sé, comprendo que estés enfadado, te entiendo perfectamente porque yo me sentí así con mi padre. Quizá tú padre no se atrevía a llamaros desde la cárcel porque se sentía avergonzado.

-Eso no lo justifica -replica.

-Lo sé, pero es tu padre Caleb, al fin y al cabo, haya pasado lo que haya pasado, es tu padre y todos nos merecemos una segunda oportunidad. Mi padre me descuidó, no luchó lo suficiente por mí pero yo le he dado otra oportunidad.

Close  ✔️Where stories live. Discover now