Capítulo 43 - ¿Dudas?

316 70 96
                                    

ANNIE EVANS

Después de haber celebrado con nuestros amigos la victoria del equipo Caleb y yo llegamos a su casa sobre las cinco de la mañana y al no beber nada, hemos vuelto con mi coche sin problema. 

—¿Vamos a dormir solos esta noche? —Digo mientras me quito la ropa quedándome en ropa interior. 

—Sí. Callum me ha dicho que dormirá con April esta noche.

Observo como Caleb se quita la camiseta dejándome ver su espalda al desnudo. Enseguida él se da cuenta de que le estoy mirando y sonríe para después mirarme. Traga saliva con dificultad al verme en ropa interior. 

—Tápate ya, por favor —me exige y suelta una carcajada. 

—Lo mismo te digo —sonrío.

Caleb no tiene un cuerpo de escándalo pero tiene los brazos marcados y el abdomen no lo tiene nada mal pero,  ¿Acaso un cuerpo tiene que ser musculoso para que sea atractivo? En mi opinión, no. Pero para gustos, colores. 

—¿Sabes qué? No, no me pienso tapar. 

Dicho esto, corro hacia él, me lanzo a sus brazos y le beso con pasión y con ganas. Una vez en su cama, Caleb besa y recorre con sus manos toda mi anatomía. Gimo bastante fuerte cogiendo las sábanas con los puños mientras tiro mi cabeza hacia atrás cuando sus dos dedos entran mi mientras se mueven en círculos. 

—¡Dios, Caleb! Si no paras… 

Y justo cuando voy a llegar, Caleb se detiene, se pone el preservativo y entonces decido tomar yo la iniciativa. Me pongo a horcajadas y cuando bajo hacia abajo cuidadosamente suelto un gemido junto con Caleb. 

—Dios mío, nena… —gruñe hundiendo sus dedos en mis caderas mientras me ayuda a subir y bajar impulsandome con sus manos. 

—¡Dios! —Subo y bajo e inclino mi espalda y beso sus labios sin dejar de moverme pero cuando empiezo a mover mis caderas en forma de círculo, Caleb muerde mi labio con fuerza haciéndome gruñir y se incorpora conmigo en brazos. 

—No pares Annie, no pares —sus palabra salen completamente ahogadas, cosa que no me puede poner más y sus manos recorriendo mi espalda aún más. 

Cuando ambos llegamos al clímax una fina capa de sudor cubre nuestras frentes. Caleb besa mis labios ahuecando su mano en mi mejilla. 

—Ha estado increíble, ¿no crees? —Dice sin aliento.

—Más que eso —digo con la respiración agitada. 

—Tienes una piel tan bonita, tan suave —dice pasando sus manos por mi pecho con una suavidad que me hace estremecer.

—Y yo adoro los lunares que tienes en la mejilla —digo besando cada una de ellas haciéndole sonreír.

Ambos caemos en la cama e inmediatamente pongo mi cabeza en su pecho. Caleb besa mi frente, estamos unos segundos callados hasta que rompe el silencio contándome lo que Callum le ha dicho. 

—¿Y qué va a pasar ahora que tu padre vuelva a casa? Yo no me fio de nada Caleb —digo incorporada tapándome con la sábana —. Cuando te metes en líos de bandas es muy difícil salir de todo eso. 

—Yo tampoco me fio de nada y tampoco estoy tranquilo pensando en que esa gente está por ahí escondida —suspira —. Mi padre lo va a mandar a rehabilitación y se va a hacer cargo de la multa que debe mi padre al sitio donde atracó —asiento.

—¿Y tu hermano?

—Callum me ha dicho que la banda se ha ido pero no sé… es todo muy extraño. 

Close  ✔️Where stories live. Discover now