Capítulo 15

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"Secretos, muchos secretos"

El Preston Bruce Hotel era conocido principalmente por sus cinco estrellas y sus singulares decoraciones modernas que cambiaba con cada piso en ascenso. Cada uno constaba de una planeada temática distinta que iba desde la mitología griega, el lujo de los años 50's, la era post-moderna hasta una versión futurista para los excéntricos y bohemios. Pero por lo que realmente se regocijaba eran las incontables celebridades extranjeras, millonarios autóctonos, caprichosos y políticos que se hospedaban en sus más caras habitaciones casi cada semana, en diluvio.

David Sanders había sido llamado la noche del día viernes para encontrarse urgentemente con alguien que aseguraba; sabía algo peligroso acerca de su hermana menor Bailey Jane. Y él, que recientemente había sido sorprendido con la revelación de sus preferencias sexuales y la relación con la prima de su mejor amiga Hollie Price, no podía dejar pasar aquello que le había puesto los vellos de punta y su pulso a mil hora. En parte porque le costaba aceptar que su hermana en verdad fuese gay aún si él se esperanzaba con que sus sospechas fuesen incorrectas, y en parte porque no le cuadraba todavía el que Hollie Price, una chica como esas -tan físicamente pulcras y comunes- estuviese tonteando de esa forma con su hermana.

Su teléfono celular vibró entre sus pantalones y él lo obtuvo entre sus dedos chequeando que sólo se tratara de una notificación de sus redes sociales acerca de un gobernador europeo que había ganado las elecciones. Pero él, pronto se dispuso a coger un atajo hasta su bandeja de mensajes de texto y clickeó en el que provenía de un número desconocido, abriéndolo para leer una vez más las letras en su pantalla.

"Señor Sanders, encuéntreme en el segundo vestíbulo del Preston Bruce de la ciudad, a las 8:00 en punto. Hay algo que necesita saber acerca de su hermana Bailey".

Y él respondió cuestionando enseguida quién era y si se trataba de algo verídico, y casi sin lograr parpadear tres veces, un mensaje fue enviado otra vez a su celular, indicando que podía confiar en que era correcto y que las fuentes eran muy fiables pues era del mismo personal del instituto al que Bailey iba. Así que David no dudó en hacerse un espacio mientras su madre fregaba los platos del almuerzo y su padre subía al despacho para leer el periódico una vez que Hollie y Bailey habían salido por la puerta de su hogar.

Él había corrido cuanto antes al hotel, y ahora estaba ahí.

-Señor ¿puedo ayudarle en algo?

Una bonita rubia se detuvo tras él, luciendo un elegante uniforme alusivo a los colores del piso, mirándole con una educada sonrisa y unas pestañas alargadas con maquillaje. David con prisa negó, sonriéndole con encanto y cierta pena.

-No, sólo espero a alguien para una cita aquí. Muchas gracias.

Y la mujer pestañeó como si no comprendiera por momentos.

-Oh ¿entonces tiene una reservación en alguno de nuestros salones de conferencia? -Sujetó de inmediato, ampliando sus comisuras.- ¿Puede decirme cuál es y su hora? Me honraría poder escoltarlo hasta allá.

Pero antes de que David consiguiera responder a eso diciendo que no tenía porqué hacerlo porque nadie le había hablado de un salón en específico, una nueva voz surgió cercana al muchacho y la recepcionista, caminando con unas firmes pisadas de tacón y rápidas inhalaciones.

-De hecho, es en el Salón Pelícano y estamos atrasados por un minuto exacto, si es usted tan amable.

El muchacho se volvió, notando llegar a su lado a una alta y esbelta mujer blanca vestida de un limpio traje de reuniones color vino, que combinaba con los reflejos rojizos y castaños de su melena hasta los hombros. Unos lentes Gucci reposaban en su fino rostro y unas botas de tacón de aguja calzaban sus pies por encima de unas medias de red blancas que casi lucían traslúcidas en sus piernas fortalecidas y pálidas. Ella era la viva imagen de una rica empresaria soltera de las portadas de revistas como la Forbes, o de un catálogo de modelos francesas y/o burguesas norteamericanas. David permaneció en silencio, casi silbando.

ACÉPTALO, NENAWhere stories live. Discover now