Capítulo 32

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"El inicio del final"

Hollie se metió a la segunda habitación al lado del fondo, recordando perfectamente que esa era la que correspondía a Wade. Era una simple recámara cubierta de paredes grises y cuadros de autos y jugadores de futbol que le recordaban, por extraño que sonara, a un manicomio bien decorado.

Ella había estado en otras ocasiones ahí, viendo películas y haciendo algunos trabajos cuando era novia del muchacho y pasaba para visitarlo a él y su familia. En muchas oportunidades pudo disfrutar de un apoteósico picnic que organizaban en el patio, o una tarde de piscina y parrilla en el estanque de la mansión. Por suerte, se la había pasado de maravilla pero ahora, aquellos días habían terminado. A pesar de que nunca recibió un mal trato por parte de los padres del mariscal, Fred y Nohemy Lively, ella estaba más que aliviada de haber cortado la relación a tiempo. Porque, si hacía cabeza, había sido atormentada por un posible enfermo mental y ella podía estar ahora mismo investigando al que podría ser; el psicópata que la amenazaba y uff...

No. Ex novio, definitivamente ex novio.

Levantó un par de camisetas viejas del equipo para el que jugaba Wade en el Mil West que reposaba sobre su cama y la encontró desordenada, pero limpia de algo anormal. Caminó hasta el verde escritorio de madera donde reposaba su computador y libros, y con rapidez pero concentración rebuscó entre estos por si aparecía alguna mínima pista. Pero no había nada. Extraño.

Hasta que un tono de celular sonó.

Hollie se incorporó de inmediato y permaneció inmóvil en medio del cuarto. Conocía aquel sonido, era el mismo que el teléfono de Wade profería cada que recibía un nuevo mensaje de texto. Tenía que estar ahí cerca porque se escuchaba como si viniese del armario...De la última pieza de su repisa... Tal vez... De la cesta de la ropa sucia.

Parpadeando un par de veces, ella se dejó guiar por su oreja hasta tal objetivo y con velocidad escarbó en la mesa de noche junto a su cama encontrándose con tal aparato en el fondo. Sonriendo victoriosa, intentó desbloquear la pantalla y rogó para sus adentros que él conservara la misma clave cuando la tecleaba y... ¡Bingo!

-Dime, Wade -Susurró- ¿Qué tienes aquí...?

Abrió la bandeja de entrada y un número desconocido acabó de enviar tal texto. Presionó y se visualizó para ella, leyendo que ponía:

"Todo listo. Más vale cumplas con tu parte del trato y mates a esa maldita".

A lo que Price ahogó un jadeo de sorpresa, teniendo que releer nuevamente aquella última frase. Quizás era en sentido figurado, eso no tenía porqué ser tan literal ¿no?

"Wade, hazlo de inmediato. Que sangre, que sufra, que implore. Pero la quiero así. Muerta. -Skylar".

Sintiendo la bilis en su garganta que se cerraba del miedo, los temblorosos dedos de Hollie pronto se dirigieron a su lista de contactos y marcaron el nombre de "Skylar". Casi al instante, demasiado fugaz, apareció el resultado de uno y ella clickeó en el mismo sin pensarlo, abriéndose una foto de una preciosa muchacha pelirroja, de rasgos finos y una imagen de toda una alta y prestigiosa modelo. Demasiado familiar, demasiado... ¡Rayos! Hollie la reconoció.

Era la mujer con que captó a David saliendo del Preston, poco tiempo atrás.

-Oh, no...

Gimió, y ampliando aquella imagen para detallarla mejor, observó a Wade sonriendo junto a ella, muy al fondo, con la misma camiseta que siempre portaba cuando iba de visita a ver la familia de su madre, en Buca Rest. Cada año, según recordaba Hollie, él junto a varios primos se reunían en una bonita cabaña de invierno para festejar el reencuentro de aquel lado de la familia de su segundo apellido.

ACÉPTALO, NENAWhere stories live. Discover now