Capítulo 28

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"Toma Una Semana"

Hollie escuchó desde las afueras del automóvil de Sanders cómo "Shitlist" de L7 se reproducía a todas fuerzas aún si ella tenía todas las ventanas arriba y sólo la suya debajo. Descuidadamente, por la misma se asomaba el cigarro entre sus dedos que raramente fumaba y luego volvía a introducirlo para inhalar con lentitud. Hollie podía sentir los verdes ojos de ella mirarle fijamente detrás de los mechones de su cabellera negra y ella notó su estómago revolverse.

Tocó dos veces a la ventanilla del copiloto.

-Ábreme, ahora.

Pero era más de rabia y fastidio. Bailey se giró para verla y una ceja de ese delineado par se alzó cuando la puerta se abrió en un "click". Hollie sin pensarlo se sentó a su lado.

-¿Puedo saber qué es lo que te tiene irritada?

Bailey suspiró, todo el humo blanco desparramándose por su cara y la de Price.

-No estoy irritada... -La pelinegra respondió pesada.- Sólo estoy cansada.

A pesar de que ella no volteó para devolverle la mirada, Bailey levantó su mano y la acercó hasta la de Hollie para tomarla con delicadeza. La castaña, que no podía estar más confundida pero por igual exhausta, recibió el gesto con agrado y se dejó acariciar suavemente, con su pulgar.

Las dos se mantuvieron en silencio por unos cuantos segundos, hasta que Sanders lo rompió:

-En verdad no me gusta Wade.

Y Hollie esta vez sí se encontró con sus perlas claras, algo rojas y pequeñas.

-Pues me alegra porque a mí tampoco. Me gustas tú. -Quiso bromear, pero sólo consiguió que la mayor sonriera muy despacio y ligero. Hollie pronto mordió su labio y respiró.- Antes de que no recordaras nada y pasara todo, tú y Wade tuvieron una charla bastante calurosa y ardida. Bailey ¿qué es lo que ocurre realmente con él? ¿A qué viene esa repulsión?

Las fosas nasales de la ojiverde se expandieron con ganas por instantes y luego se volvieron a cerrar. Con una gran bocanada de aire, Bailey Jane se aclaró la garganta y luego entrelazó sus dedos con los contrarios. Se observaron fijamente antes de que sus ojos se llenaran de lágrimas y Hollie comenzara a respirar con dificultad por ver a Sanders llorar. Odiaba ver a Sanders llorar. Ella odiaba todo lo que hiciera eso. Odiaba a Wade en esos precisos momentos por hacer a Sanders llorar.

-Juro que voy a comentártelo un día... -Susurró más que murmurar.- Pero no será hoy. Te quiero, lo siento.

Entonces estalló en leves sollozos y se disculpó por haber actuado de esa forma en la habitación con Tris. Hollie la perdonó casi enseguida y se abrazaron. Ella decidió dejarla tranquila sin más dudas, sólo porque ella también estaba muy agotada.

Pero el misterio creció tres tallas en esa ocasión.

***

Cuando Bailey Jane Sanders se ofreció a buscar la ropa para el hospital en casa de Tris -porque sus padres Lilly y Marcos Simons habían salido tan disparados desde sus trabajos para verla que se olvidaron de empacar un par de pantalones- Ella estaba más calmada por suerte, pero sin una pista de estar por recordar un fragmento de lo que habló con Wade.

Sin embargo, una extraña punzada de recelo e intranquilidad palpitaba sobre su lengua, cutículas y arañaba la extensión de su columna. Se repetía una y otra vez y se desprendía cada que relacionaba las palabras charla-Wade-hospital y sabía que era por eso. Y que la clave estaba en lo que ahora ella olvidaba. Por supuesto, era más que insufriblemente frustrante.

ACÉPTALO, NENAWhere stories live. Discover now