Capítulo 26

399 36 0
                                    

"Algo hay ahí"

El acontecimiento ocurrido con Tris Simons había salido hasta por las noticias y Bailey dejó que el vaso de plástico se estallara entre sus dedos, derramando el café tibio por su manga y el suelo del hospital.

Ella estaba tan harta, tan harta y con sus nervios de punta que la hacían helar de frío pero temblar de ira.

Horas habían pasado desde que las habían dejado en la sala de espera del hospital.

A Tris la ingresaron a una habitación en emergencias y apenas le avisaron lo suficiente como para no hacerlas gritar por una explicación. Pero Bailey no opinaba lo mismo, ella había perdido la paciencia y cordura varios minutos atrás. Es que, ¿qué se suponía? ¿Que actuara como si todo había sido algo sencillo y cotidiano? ¿Cuando a tu amiga de la nada unos delincuentes la golpeaban y lo hacían parecer un "accidente"? ¡Accidente los testículos psicológicos de Bailey Sanders! Aquello había sido un ataque. Un ataque. Era claro.

No sabía qué le fastidiaba más; Si que ahora las autoridades quisieran llamarlo así, por ser Tris Simons una mujer, o la forma en que literalmente parecían no estar haciendo una mierda para resolverlo. Ella estaba hecha un manojo de ansiedad pero aún con todo y eso, de seguro habría estado haciendo un mejor trabajo que esos imbéciles a los que llamaban "policías". Claro que, eso era lo que ella se repetía en su cabeza llena de blasfemias y argumentos impulsivos de pura ira... No muy lejanos a su realidad cotidiana, saben cómo es.

-Creo que quizás... Podríamos tomar un café, ya sabes, para intentar tranquilizarnos.

Hollie tuvo que hablar para que la ojiverde recordara dónde y con quién estaba.

En su mente, ya había trazado mil y un formas de asesinar a los encargados junto al personal del edificio y apenas iba por planta baja. A su lado, la castaña la miraba con su ceño levemente fruncido y sus manos jugando con la parte inferior de su suéter de lana viejo, algo manchado por la humedad del llanto de ella. Tanto como Bailey, Hollie no había parado de angustiarse y caminar de un lado a otro por la misma razón, y tal vez también estaba muriendo por dentro... Quizás hasta más. Era su prima.

-No lo sé, Hollie... -Pero Sanders chasqueó su lengua, cubriendo su semblante con una gran mueca de desagrado y fastidio.- No sé si sea capaz de moverme de aquí sin tratar de golpear a alguien.

-¿Puedes decírmelo a mí? -Hollie refutó en su lugar, su ceja izquierda alzándose un tanto más que la derecha.- He estado cocinándome aquí pero ey... Necesitamos estar cuerdas para cuando entremos ahí y hablemos con Tris sobre lo que pasó. Necesitamos poder manejar esto con frialdad y calcular cada detalle.

Bailey levantó su barbilla con suavidad.

-¿Tú también piensas ir e invadirla con preguntas?

Y Price suspiró.

-Es la única forma de poder saber exactamente qué sucedió, Sanders. Tú y yo sabemos que aquí está pasando algo más.

La pelinegra rascó su nuca, mordiendo incómoda su labio inferior.

-Sí, bueno... -Exhaló- Aquí ha estado pasando algo más desde hace rato.

-¿¡Hollie!?

El nombre de Price salió de prisa y a todo volumen haciendo eco en los pasillos por detrás de las melenas de Bailey y la castaña. La voz de un hombre gritó por ella y zancadas largas y pesadas llamaron la atención de las muchachas que de inmediato se giraron como si de un reflejo hablaran y casi asustadas consiguieran averiguar de quién se podría tratar. Para su asombro y luciendo como un fantasma ante sus ojos, Wade Lively corría a través de las enfermeras y paredes del hospital en su típica chaqueta de fútbol del Mil West y su melena rubia danzando hasta ambas con rapidez y lo que se evidenciaba como; alarma. Como, preocupación y pánico ¿era posible tal combinación en él?

ACÉPTALO, NENAWhere stories live. Discover now