Capítulo 40

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"Unos cayeron como moscas, y otros se alzaron como el fénix"

La sala entera estuvo en silencio cuando el jurado se alzó frente al juez, a punto de decir su sentencia.

Hollie apretó con firmeza la mano de Bailey a su lado y ésta, respirando despacio, pasó su mano por la corbata roja que colgaba de su camisa negra y falda oscura. La misma que usó hace tres años atrás cuando fue abusada sexualmente y no había querido nunca más volver siquiera a ver, pero que hoy, portaba con valentía y fuerzas. Ella estaba decidida a hacer nuevos recuerdos, sin miedos.

A sus espaldas, las apoyaban ambas familias, tanto los Sanders y los Price, que habían vuelto al enterarse de lo que había pasado con su hija, y también los Simons, que teniendo el corazón partido, no se interpusieron ante la necesidad de hacer justicia. Tanto Lilly como Marcos Simons tenían más que claro que lo que Tris había hecho no lo justificaba nada y no podía ser pagado con una simple fianza. Tan sólo lo lograría el duelo que le tocaría a la morena afrontar, y ellos, aunque tenían las manos atadas y les dolía en creces encarar la cruda realidad de su hija, estaban de acuerdo con que las consecuencias debían aceptarse, porque las malas obras no pueden quedar impunes.

David, por igual, les animaba justo en la fila tras ella, con una sonrisa en sus labios y murmullos que elevaban ánimos. Él había logrado testificar con tranquilidad y completa honestidad ante el tribunal porque armándose de valor, consiguió hablar con Nuria y Elliot Sanders sobre su orientación sexual, un par de días atrás. Y aunque al principio ellos no se lo tomaron para nada bien, recordaron la actitud con la que habían tratado a su hija menor al enterarse de la de ella y con eso en mente, intentaron ser tolerantes. Bailey por supuesto, lo había acompañado a su lado, cada instante.

Los Lively, que escudriñaban a su hijo con ira y tristeza en la fila contraria, habían armado un gran escándalo cuando supieron las locuras que Wade había aceptado hacer bajo la planificación de Tris y trataron de hablar hasta con el Papa, pero no consiguieron la compasión de nadie. Con tanto dinero de por medio, intentaron comprar a la familia de Hollie y Bailey y hasta a cada una de la de los jueces, pero en lugar de estar cerca de convencer a alguien, sólo quedaron como unos corruptos que huían del cumplimiento de la Ley. Es decir, se podía comprender que tremendo fin para un hijo era algo que, como padre, podía ser un infierno en vida. Pero Wade era lo bastante mayor y cuerdo como para diferenciar entre bien y mal. Y él había hecho, sin dudarlo, mucho mal.

Los Roberts y los Brown esperaban pacientes el veredicto final, al tiempo que luchaban en silencio por ver la justicia hacerse para sus fallecidos hijos; Phia Roberts y Kalton Brown, alias Ocho. Los padres de Phia, Angus y Catherine, al ser informados por la policía del completo caso y la realidad tras la muerte de su hija, se disculparon abiertamente con Hollie y Bailey por sus juicios y ofrecieron su ayuda en cualquier cosa que necesitasen. Los Brown, por su parte, sólo permanecieron en su luto sin lograr convencerse hasta la fecha, de que su hijo había muerto.

Para Skylar Patters, también conocida como Decca Andante, no había nadie en la audiencia.

-Tras evaluar enteros los cargos, por los que se acusan a Beatrice Carolina Simons y Wade Lionel Lively, al cual se le impone también la acusación comprobada por abuso sexual de la ciudadana Bailey Jane Sanders, y reconociendo cada prueba presentada como evidencia verídica... -La mujer que se alzaba frente al estrado con una carpeta en sus manos y portaba la respuesta definitiva del Estado, miró al juez con firmeza y exclamó en voz alta a la audiencia.-...El jurado encuentra a los acusados...

» Totalmente culpables.

La sala completa estalló en ovaciones y aplausos, y más allá por debajo, los sollozos de los Lively y los padres de Tris.

ACÉPTALO, NENAWhere stories live. Discover now