ACÉPTALO, NENA

Capítulo 22

"Descansa en sospecha"

Los policías no habían parado de hacer preguntas pero tampoco obtuvieron demasiado.

Cuando encontraron a Hollie Price, Tris Simons y Bailey Sanders en el umbral de la mansión de los Roberts, junto al cuerpo de su hija mayor Phia Roberts ensangrentado y degollado en el patio, les pidieron dar la mayor y completa información y ellas lo hicieron, pero el resultado fue siempre el mismo: Phia se había suicidado.

¿Sospecharon de ellas al verlas en el lecho de los hechos? Por supuesto, las esposaron y las invadieron de un centenar de suposiciones que ellas casi al instante comenzaron a desmentir. Las habían pintado enseguida como las culpables de la muerte de la muchacha y peor aún, las reconocieron como las mismas adolescentes fugitivas presuntas lesbianas del vecindario llamativo de Santo Ángel que no dejaba de tener denuncias por el paradero de las chicas del Mil West. La policía las "atraparon" y llamaron a sus padres, cada uno de ellos se presentó y las interrogaron mucho más fuerte que los mismos oficiales.

Bailey casi pierde la cabeza, Hollie y Tris también, en especial la castaña que aún no salía de su estado de shock. Phia había muerto, había muerto justo frente a sus ojos.

Tanto Lilly y Marcos Simons, como Nuria y Elliot Sanders insistieron en llevar a las muchachas a sus respectivas casas, pero todas y cada una de las tres se negaron rotundamente. Apenas y podían soportar un momento más en la escena de esa atrocidad. No se imaginaban poder volver a sus "hogares" con los maniáticos de sus familiares ni definitivamente, la incesante discusión que sabían, iban a tener con ellas una vez paredes dentro. Después de todo lo que había pasado, tenían demasiadas cosas que explicar y decir... Pero ellas simplemente no querían ni podían lidiar con eso ahora.

Así que sólo les dieron menos de la mitad de su dirección real para mantenerlos menos inquietos y ellas conseguir volver a su pequeño espacio "abandonado". Luego de que la policía corroboró, por las cámaras de seguridad y las huellas digitales en el arma, que Tris, Hollie y Bailey estaban limpias de delito y que ellas sólo habían estado en el lugar y el momento incorrecto. Les pesaba, horriblemente les pesaba.

-¿Estás lista?

Bailey se permitió cuestionar, colocando sus manos alrededor de la cintura de Hollie con mucha delicadeza, mirándola tímida por debajo de sus pestañas y acercando despacio sus labios a la sien de ella para darle un fino beso. Habían pasado dos días desde que había ocurrido el auto siniestro de Phia Roberts y Hollie Price apenas quería hablar o comer. Incluso dormir.

Bailey había estado para ella cada instante, tratando de hacerla conversar y sacar todo lo que quisiera para desahogar su dolor pero la castaña sólo lloraba en su regazo y se aferraba a la camiseta de la ojiverde. Sanders, que sufría casi tanto como ella por verla así, no había dejado ni un segundo que ella estuviese sola y por el contrario, apenas recordaba haberla soltado escasos instantes de su abrazo.

Su prima Tris Simons también se había encargado de hacer el duelo menos fuerte para Hollie, y ahora era ella quien se ofrecía para buscar preparar las comidas y encargos de su "casa" compartida y claro, ayudar a investigar todo lo acontecido.

Porque había ocurrido demasiado. Ellas lo sabían, pero aún no habían podido charlar sobre el asunto.

Recordando, estábamos hablando de la mejor amiga muerta de Hollie. Una casi hermana que se había rasgado la garganta y tirado por el balcón justo frente a sus ojos.

La misma chica que conocía durante años y con la que había compartido tantos secretos; de la nada, se convierte en una sospechosa de todo un complot de acoso y persecución enferma sobre Bailey Jane y ella, y cuando quiso hablar con esta porque se le dio por querer seducir a su "chica", aparece vestida como la ojiverde y diciendo cualquier clase de locuras sobre alguien "queriendo matarla" o "era la única forma de gustarle" y boom: De repente, se suicida...