Capítulo 19

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"Siempre caemos en reversa"

-¿Puedes atender un momento la barra, Bailey? Necesito un descanso.

Paris, la bartender encargada del turno de medianoche, hizo señas con sus dedos como si fumara un cigarrillo invisible y sonrió con cierta timidez a la ojiverde. Esta, que acababa de vender un original de Operation Ivy, asintió de inmediato para atajar el paño de limpiar que la peliverde le lanzaba y guiñando un ojo a la misma cuando pasó a su lado.

-Enseguida, jefa.

Murmuró en respuesta, elevando una de sus comisuras a la muchacha antes de que ella se sonrojara y agradeciera desapareciendo del local.

Había comenzado a llamar "jefa" a todas las otras trabajadoras en BROKEN RECORDS y no se podía quejar en absoluto. A pesar de que el turno nocturno aún le costaba un poco de asimilar por las mañanas, debía admitir; Que había pasado unas increíblemente tranquilas dos semanas. Porque, por imposible que parezca, su "acosador" no les había molestado en ninguno de esos días, después del inconveniente en la antigua casa de, uhm, la ex novia de Bailey.

Hollie había llegado junto a su prima Tris con dos bolsas en sus manos que contenían tres servicios de hamburguesas y una gran mueca de "Esto-en-serio-es-aterrador" en sus caras, ese mismo miércoles que había sucedido lo de ellas rodeadas de fotos con Vee y Sanders y aquel extraño y espeluznante mensaje en la pared junto al ataque cardiaco-psicológico-de todo que tuvo Bailey.

La pelinegra tan sólo estaba limpiando la baba de su comisura después de una pesada siesta y se disponía a volver a estabilizarse, cuando le sueltan esa bomba entre lechuga y salsa BBQ de: Ocho nos ha estado mintiendo, el chico de hecho puede hablar. Y Sanders en verdad se replanteó una y otra vez que a pesar de toda la jodida tecnología que se maneja hoy en día; un chico mudo no podía recuperar el habla así como así o... En absoluto.

Sin embargo, él claramente no tenía problemas para hacer salir su voz, porque Hollie afirmaba haberlo atrapado en una interesante conversación con un sujeto elegante de Wendy's y luego desaparecer al notar que la misma Hollie Price que era como eh ¿pareja? ¿muy buena amiga? ¿chica de Bailey? lo había visto ahí.

-Tris, tú y yo fuimos a esa fiesta donde conocí a Ocho -Le había dicho Sanders apuntándola con su pajilla y un fruncido ceño, justo al instante en que la castaña había terminado de hablar.- ¿No recuerdas haberlo encontrado hablando en algún momento?

Pero Tris se encogió de hombros, masticando un gran trozo de tomate que salía por entre su inferior.

-Ni siquiera recuerdo que haberlo visto a él.

Las tres comenzaron a "echarle cabeza al meollo" como quien se refiere, y trataron sin descanso de contactar al número que el peliazul les había dado pero de la nada aparecía como si ni siquiera existiera. Tampoco daba señales en ninguna red social y nadie podía responder por el chico ni darles alguna pista. Era como si se tratara de un fantasma que ellas habían tenido en su pieza y se esfumó de la faz entera de la Tierra. No tenía sentido, y aún así pasó.

Intento tras intento pero nadie contestó. Así como los días pasaban y no habían nuevos mensajes en sus teléfonos, ni notas en sus pantalones ni algo sospechoso espiándolas por las ventanas, tan misteriosamente como la partida de Ocho, su "acosador" tampoco regresó. Y para ellas eso estaba más que bien. Ahora podían retomar el desorden en sus vidas y dedicarse a poco a poco, poner las cosas en su lugar, o en uno menos caótico. Como con sus familias, a quienes al fin habían comunicado que estaban bien pero que no planeaban volver a sus hogares por un tiempo porque no se sentían cómodas en lugares donde no fuesen aceptadas por lo que son. Y finalizada la llamada, no cogieron otra de las cientos que entraron de sus padres, tíos y hermanos, quedando fuera del radar, de nuevo.

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