Capítulo 16

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"Tres son multitud, pero tal vez..."

Caían sobre su frente un par de gotas de lluvia cuando Hollie volvió al pequeño escondite que tenía con Bailey Sanders a las afueras del centro de la ciudad, mirando el cielo comenzar a oscurecerse muy suavemente en el atardecer. Ella llevó su índice hasta su sien para frotarla con cuidado y presión y frunció su ceño, ante el dolor de su cabeza.

Se había vuelto un manojo de nervios en todo el camino hasta ahí.

Phia le había hablado de cosas bastante locas sobre Bailey Sanders y su pasado antes de la llegada de Hollie al instituto. Tal parecía, que algo raro le había ocurrido con una antigua relación que la dejó bastante inestable y fuera de sí, y Hollie creía saber de quién podría tratarse.

Hacía apenas un par de noches anteriores, Price había encontrado una fotografía de una pelimorada en la pared del refugio de Sanders y esta última había actuado muy extraña y reservada acerca de la historia con ella y cómo todo surgió. A pesar de que Hollie logró sacarle un par de respuesta; realmente sabía nada. Mucho menos cuando Phia le comentó los repentinos ataques de ira y los impulsos singulares que la ojiverde tenía en los salones, pasillos y alrededores del Mil West durante las jornadas de clases.

Entre esos, y según las metiches lenguas, hubo una ocasión en la que la ojiverde empezó a perseguir por las aulas a una chica de intercambio que había sido transferida por el semestre y llevaba el cabello teñido de colores. Ella había reportado eso a los profesores y trataron de hablar con Sanders pero el asunto persistió, la chica acabó por irse devuelta a su país. La tal ex de Bailey Jane tenía su melena morada, pero ni siquiera pertenecía al mismo instituto en el que Hollie iba con la pelinegra, aunque sí estuvo en uno con Sanders antes del actual y desde que esa relación había culminado, por una u otra razón, ella se vio obligada a cambiarse. Entonces no podía ser algo pequeño o pasajero.

Tal vez se trataba de algo más grande.

Aún así, ¿En verdad ella se había atrevido a dejarse seducir por todos esos rumores escalofriantes y pretender que Bailey estaba implicada en el asunto del acosador? Sí, estaba metida en todo el meollo, pero como víctima al igual que Hollie. No como culpable. Porque, hasta donde su cordura le permitía, no por cualquier persona o nada alguien va a la cárcel. No por cualquier cosa alguien se atreve a enfrentar a sus padres y llevarte con ella para querer "cuidarte". No por cualquier cosa Bailey deseaba con locura hacer bien a Hollie Price, y eso ella debía tenerlo muy presente, por encima de lo que sea que ella aún no quería decir. Todos pueden tener traumas de los que no se libran así de fácil o sencillo tan prontamente, ella lo comprendía.

Bien. Ya habría tiempo para eso.

-Uhm ¿hola?

Un muchacho encorvado y de aspecto increíblemente parecido a un Bob Marley con pelo azul se sentaba en una de las sillas viejas que habían dentro de la "cabaña escondite" de Bailey y ella, con un teléfono entre sus manos y una laptop sobre sus piernas. Este, al oír a Hollie, pronto alzó su mirada y juntó sus cejas suavemente, como si se esforzara por reconocerla o saber si debía saber quién es. Hollie cerró la madera dañada detrás de sí y mordió su mejilla interior, con la guardia en alto.

-Oh, Hollie, regresaste pronto.

Enseguida exhaló discretamente y tragó saliva. Bailey, que surgía desde la esquina izquierda de la pieza, dio sus zancadas hacia su encuentro batiendo las cadenas en sus oscuros jeans y echando su melena hacia atrás para alzar deliberadamente una de sus comisuras. Sus manos se posaron con disimulo sobre las caderas de Hollie, y Hollie parpadeó un par de veces, notando un beso ser depositado en sus labios fugazmente.

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