Capítulo 33

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"Intenta salvarme"

Llegando unos minutos después al Departamento de Policía, Bailey casi estrella su teléfono a punto del colapso.

Se regañó a sí misma de su deber con conservar la calma para poder relatar la historia lo más detallada tanto como general posible a los oficiales, pero no pudo contener tranquilidad alguna y Tris, luego de haber oídos los gritos y maldiciones de Sanders en el camino, pudo hablar por ella como si saliese de la boca de la ojiverde. Al fin y al cabo, la misma necesidad de encontrarla la compartían; Hollie era mujer y familiar a la vez.

-¿Y usted está segura que fue el chico Wade Lively?

Tris asintió varias veces, relamiendo su boca y suspirando.

-Sí, él es el ex de mi prima y ha estado como idiota tras ella después de que terminaron. Incluso ha sido bastante intenso. Tenemos la fuerte sensación de que la tiene él.

El oficial las escaneó detrás de sus lentes y murmuró un suave "Mm" conforme revolvía unos papeles al otro lado de la oficina.

-Entiendo, pero durante las primeras 42 horas no se puede hacer nada más que cuando máximo, reportarla como presunta desaparecida pero no iniciar una búsqueda. Usualmente terminan apareciendo en unas horas borrachas, divertidas después de haber jugueteado con un chico o las amigas así que les sugiero esperar. Quizás se las pensó mejor y sí quiso regresar con ese tal muchacho.

Escuchar aquello fue cumbre para Bailey Jane, que estando alterada detrás de Tris se abalanzó como fiera hasta el cristal que les separaba del hombre, y gruñendo estampó su palma contra la madera, mirándole fuera de sí.

-Présteme atención, oficial y hágalo muy bien. Hollie no ha regresado una mierda con ese imbécil porque ella es tan gay como yo y Wade la incomoda. -Sus dientes se apretaron en esa última frase, convirtió sus manos en puños.- Sé que él la tiene porque yo misma estuve en el momento en que los dos desapareciendo al mismo jodido tiempo y de no haber sido malo Hollie me hubiese informado. Casualmente ambos no contestan sus teléfonos, como ya mi amiga acá le dijo. Él ha estado acosándola a ella y a mí últimamente y no me puedo permitir oírlo decir una cosa más sobre cómo esto es irrelevante porque no lo es. La pérdida de una mujer nunca lo es, tenga la edad y situación que sea. Póngase los jodidos pantalones y llame a todo su equipo de una vez para iniciar la búsqueda de ambos.

Tanto Tris como el oficial se quedaron petrificados y este segundo frunció su ceño tras su negro bigote. Inhalando profundamente tomó las hojas en las que había llenado el caso de Hollie y dando un suave toque a la superficie con ellas, se volvió a Sanders para responder:

-Señorita, comprendo su angustia y quiero ayudar en su preocupación pero como ya le he dicho, no hay mucho que pueda hacer. Debe esperar las 42 horas y entonces enviaremos un equipo de investigación y rescate.

Bailey quiso gritar.

-¿Entonces me está diciendo, que no me queda de otra más que aguardar a que pasen las malditas 42 horas hasta que ella aparezca, quizás, muerta? -El hombre asintió frívolamente, presionando sus dientes. Bailey chasqueó con su lengua.- Perfecto.

Murmuró, dándose la vuelta y llamando a su amiga Tris, que cabreada por igual la siguió de prisa.

-¿Nos iremos así sin más?

Cuestionó.

-No. Nos iremos a hacer la maldita justicia por nuestras manos porque el puto sistema de mierda sigue favoreciendo a todos menos a las mujeres. ¡Por esto nunca habíamos venido antes con la puta policía!-Rugió, quitándole las llaves de la camioneta a Tris y subiéndose a la misma.- Nos iremos a buscar al jodido de Wade porque él tiene a Hollie, lo sé. Y te juro, Tris, que voy a asesinarlo si le ha hecho algo a ella.

En el camino por las calles, Bailey aferraba sus dedos fuertemente contra el volante sin dejar de acelerar cada que podía. Tris a su lado ahora era la encargada de llamar sin descanso a Wade o a Hollie desde su móvil pero ésta tampoco estaba teniendo mucho éxito.

Éxito, eso era lo único que trataba de pasar por la mente de Sanders.

Ella lo sabía, muy en el maldito fondo lo sabía. Todo esto que estaba pasando también era parte de su culpa y no quería aceptarlo, pero tampoco se podía ocultar más.

Había algo, algo muy macabro que ella estaba escondiendo. Estaba carcomiéndola despacio y acomplejaba los latidos de su corazón como si fuese a morir. Bueno, en parte habían muerto por ella y eso manchaba sus manos de completa sangre también. Aunque no fuese muy directamente... O quizás sí, igual lo hacía. Y se odiaba.

Tantas veces habían sido las que le repetía insistente a su Hollie porque no confiara en nadie. Ahora sabía a consciencia, de que lo decía más por ella misma. Porque Bailey era una terrible bomba de destrucción a su paso.

-¿Aló?

De pronto una voz grave le sacó de sus delirios y ella casi frenó de un golpe. Volviendo su vista al móvil en las manos de su amiga, ella identificó el tono de Wade Lively y arrebatando aquel dispositivo de Tris lo acercó a su oreja, gruñendo.

-¿Dónde malditas mierdas está?

Un segundo de silencio.

-¿Bailey Jane? -Lively cuestionó como si no se lo esperase.- ¿Dónde está quién? ¿Por qué me llamas?

Bailey no pudo evitar pisar el acelerador con intensidad. Estaba a sólo una palabra más de mandar todo al carajo.

-¿¡Dónde mierdas está Hollie!? -Desató.- Sé que la tienes tú, cabrón, así que mejor comienza a cantar o te juro, por el amor a todo, que se te viene un infierno.

-¿De qué hablas? -En cambio el mariscal sólo cuestionó, bufando por lo bajo y respirando con incomodidad al otro lado de la línea.- Yo sigo aquí en la fiesta y en ningún momento he visto a Hollie desde el hospital, pero ¿qué dices?

Ella rodó los ojos. Iba a matarlo.

-Wade, joder, yo mismo te vi desaparecer de ahí justo cuando Hollie lo hizo. -Rugió- No me cabrees más, maldito hijo de puta y ¡ya dime dónde está!

-Bailey Jane. -Pero él sólo exclamó, de repente sonando más serio que nunca.- Si no me crees ven y búscame acá. No tengo a Hollie y no sé dónde está ¿cómo que no lo sabes tú?

Justo en ese momento, cuando estaba a dos instantes de asesinar a Wade Lively a través de su celular, una nueva alerta de mensaje llamó su atención y ella sabía que se trataba de su propio teléfono. Teniéndolo Tris en sus manos, la morena abrió la bandeja sin dudarlo y seguido de esto, se giró para verla completamente pálida y temblando con miedo.

-Sanders... -Murmuró con frase quebrada, y giró la pantalla del teléfono, para ella.- Creo que Wade tiene razón.

Entonces, justo frente a su rostro, la imagen que mostraba la congeló.

Era un cuarto oscuro y vacío, con sólo un bombillo amarillo y un suelo negro. En el centro, estaba Hollie atada de manos y pies, vendada de ojos y amordazada a una silla con su vestido roto cayendo por sus piernas y su rostro lleno de lágrimas que entreabrían por igual su boca en una mueca de dolor. Aquello le dejó sin aliento, destrozándole en un estallido cada órgano en su interior.

Para agregar, y completar la escena del pánico, sobre ella un mensaje que indicaba:

"Intenta salvarme... -D".

Y Bailey lo entendió.

Decca.

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