11. Un rojo neón fosforescente (e)

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Vale he de confesarlo...

¡ME ENCANTA ESTE CAPÍTULO! 

Esta escrito desde la perspectiva de Amoos.

Esta escrito desde la perspectiva de Amoos

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CAPÍTULO 11

Un rojo neón fosforescente

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«El amor, es un estado

de idiotez... agradable».

Camilo José Cela

Amoos

—¡Amoos! ¡Amooooos! —los gritos de mi sobrino a través del pasillo me obligaron a dejar a un lado los documentos con los que estaba trabajando y a mirar al techo en señal de derrota. Llevaba todo el día esquivando a Thomás, pero siempre conseguía encontrarme.

«Esto me pasa por trabajar en casa y no en la oficina...», pensé mientras la puerta de mi despacho se abría de golpe. Al otro lado del umbral el pequeño Thomás sonreía triunfante.

—¡Ya han pasado dos horas! —proclamó mientras corría hacía mí y me tiraba de la mano intentando levantarme. Mirando el antiguo reloj de pared a mi derecha, suspiré al ver que era cierto.

— ¿El cazador? —pregunté, a pesar de saber la respuesta, mientras me levantaba y me colocaba el abrigo.

— Al mejor de diez.

—Entonces será una partida rápida, pequeño diablo. —respondí con un tono lleno de burla, queriendo provocarle, al tiempo que me arreglaba las solapas.

Delante de mí, Thomás detuvo su paso. Vi como cuadraba los hombros, ofendido, y tras mirarme por encima del hombro durante unos segundos, analizándome, murmuraba con una sonrisilla orgullosa...

— Estoy de acuerdo.

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Con una sonrisa vi como Thomás caía sobre el suelo nevado. De nuevo. Si no había perdido la cuenta el pobre había mordido el polvo unas nueve veces... bueno... la nieve.

Como siempre, le había dado de lleno. Mirando aquel bulto semienterrado, que era en esos momentos su cuerpo, espere. Segundos después lo vi sacar la cabeza del montón blanco y sacudirse. Lo vi reír mientras se acercaba a mí con rapidez. Llevábamos dos horas corriendo, pero parecía que su energía era inagotable. Al notar como mi respiración estaba un poco acelerada me señaló con una sonrisa traviesa.

—¿Qué se siente al ser tan viejo?

—¿Qué se siente al estar tan cerca de la derrota? —repliqué mientras le apartaba la nieve de la cabeza.

La Perdición del Lobo [1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora