La Perdición del Lobo [1] ✔

Capítulo 21

¡Feliz día del libro a todos!

Espero que estéis todos bien en vuestras casas. Si necesitáis hablar con alguien... ¡Aquí estoy!

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Amoos

Conducir con ella mi lado se debería considerar una actividad de alto riesgo. Sin poder evitarlo mi mirada se iba de la carretera a ella. Por si no fuese suficiente verla sonreír, con la luz dorada del atardecer iluminando su piel, a medida que el tiempo avanzaba, su aroma a rosas se expandía, más y más, por el reducido espacio del coche, logrando que mi pulso se acelerase. La conversación entre nosotros fue fluida. Era como si la conociera de toda la vida. Parecía que nuestras almas eran viejas amigas. Compañeras que tras muchos años separadas, al fin habían logrado reencontrarse. A pesar de mi mente distraída y mi nerviosismo, logré mantener la amena conversación con ella. Sus respuestas eran sinceras y breves. Le gustaba ir al grano. Tras conducir durante treinta minutos al fin llegamos al centro de Limerick. Una vez hube aparcado salí a abrirle su puerta, pero ella ya había bajado y miraba con curiosidad el castillo al que le había traído.

-¿Dónde estamos exactamente? -me preguntó mirando las grises paredes del castillo.

- Estamos ante el castillo del Rey Juan. Tiene alrededor de 800 años de antigüedad. Pero míralo. Sigue aquí, vigilando con orgullo Limerick y el río Shannon. Pero antes hubo aquí un asentamiento vikingo atribuido al rey Thormodr Helgason. Ahora solo es el patio del castillo.

-¿Te gusta la historia? -preguntó llena de curiosidad desviando su mirada del muro al notar mi tono emocionado.

-Si. La encuentro fascinante. Pocas cosas pueden presumir de serlo. -añadí mirándola de reojo- Podemos aprender de ella. Sin la historia, no aprenderíamos de nuestros errores y estaríamos condenados a repetirlos eternamente. ¿No crees?

-Si. Lastima que no todos los humanos piensen del mismo modo. -dijo riendo- Me encanta el misterio del pasado. De pequeña soñaba con viajar en el tiempo y vivir durante unas horas en otra época También encuentro muy estimulantes las leyendas y mitos. Me encanta leer sobre todas esas cosas. La mitología griega, sus tragedias, su misterio, su magia Lastima que no sean más que cuentos para niños. -me confesó sonriendo.

-Bueno ya sabes lo que dicen: Todas las historias guardan algo de verdad...

-Dudo que este sea el caso. El mundo se volvería loco si de golpe salieran de su escondite las hadas, vampiros, hombres lobo, unicornios ¿Te imaginas? Sería una auténtica locura. Creo que los seres humanos no estamos preparados para eso. Nos gusta la seguridad que nos proporciona lo conocido. El saber que somos los más inteligentes de la cadena alimentaria. Los más fuertes.

- ¿Piensas que todos serían un peligro para los humanos? -le pregunté tanteando el terreno.

-No creo que todos sean malos. Mira a los humanos. No todos somos asesinos ni todos somos pacifistas. Pero norma general destruimos aquello que nos es desconocido. Supongo que por miedo o ignorancia. Sinceramente -dijo acercándose a mi- prefiero que todos esos seres mágicos se mantengan ocultos. Por su bien. Todo lo bello y único acaba por mancillarse, si muchas personas conocen de su existencia. Opino que son demasiado bellos. Demasiado para todos nosotros.