Capítulo 36

22.3K 2.1K 364
                                    

Poneros las 'gafas' de detective. Atentas a los detalles de este y el anterior.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Débora

-Menudas semanitas de locos.-pensé mientras salía del bar. Al levantar la cabeza me sorprendió no encontrarme a Amoos. Suponiendo que estaba por llegar, me senté en el bordillo de la calzada a esperar. Era una noche tranquila, con el cielo completamente descubierto pero notaba algo raro en el ambiente. Distraída, mientras me soltaba la trenza y pensaba en todo, me dedique a contemplar las estrellas.

Mi mente retrocedió en el tiempo hasta llegar al día de mi primera prueba. Menudo día aquel. Estuve varios días deseando encontrarme a Sharon por los pasillos de la escuela para arrancarle la cabeza. Pero sorprendentemente me contuve. Recuerdo que la vi, una fracción de segundo, el viernes antes de irnos. Llevaba su pelo recogido en una coleta alta y se encontraba riéndose de algo que había dicho alguien de su séquito. Mis pies se movieron solos y para cuando me di cuenta de hacia dónde iban, ya estaba a solo dos metros de ella. Sharon me observo desde donde estaba con una sonrisa. Como si me retara a que fuera a por ella. Pero gracias a dios, justo cuando avanzaba echa una furia, apareció Abigaíl. Mi amiga me cogió de los hombros y me sacó afuera. Lejos de Sharon, agradecí su intervención.

¿En qué estaba pensando? Si hubiese caído en su trampa, me hubieran expulsado, o aún peor descalificado. Y estaba segura de que eso era lo que esa arpía pensaba mientras me sonreía

Las horas y días pasaron, y yo me dediqué a practicar todo el fin de semana. Tan metida estaba en mi mundo que no me di cuenta de que llamaban al teléfono. Corriendo lo descolgué justo cuando este daba su último pitido. Pensaba que se trataba de una llamada de Amoos o de Abigaíl, pero no. Tras la línea como siempre, no se oía nada más que una respiración. Cabreada colgué sin siquiera decir nada. Tenía que cambiar mi número de teléfono o acabaría loca con esas llamadas. Ensimismada como estaba me pase los días antes del miércoles en una nube. Solo me permitía bajar de ella a la hora de salir del trabajo cuando veía el rostro de Amoos sonreírme.

Recuerdo como me gusto poderlo ver antes de la prueba. Como me miro fijamente y me dio ánimos. Aquel miércoles las pruebas no duraron tanto tiempo como la última vez, supongo que se debía a que éramos muchas menos. Apenas me di cuenta cuando acabado. En menos de dos horas nos encontrábamos de nuevo esperando a que dijeran nuestros nombres. Pude respirar de nuevo cuando escuche que decían mi nombre. Lo había conseguido. Había pasado de fase. En cuanto nos dejaron salir del aula, Abigaíl y yo nos fundimos en un abrazo. Ella no había pasado de fase, pero a diferencia de mí eso le hacía muy feliz y en consecuencia, yo también estaba muy feliz por ella.

Honestamente me pasé el resto del día con una sonrisa estúpida en la cara. Me duro hasta que mientras estaba trabajando, entraron por las puertas del bar unas cámaras de televisión. Por poco no me da un infarto. A modo de reflejo me escondí tras la barra. Y recé por qué le hicieran las preguntas a Nathaniel. No podía dejar que me viera la gente por las noticias. Y con gente me refiero a todos los de mi pasado. Después de estar casi una hora haciéndole toda clase de preguntas a Nathaniel, se dieron cuenta de que no le sacarían mucha más información a ese serio señor. Una vez que todas las cámaras y periodistas se marcharon, volví a salir de mi escondite para atender a las mesas. No le dije nada a Amoos al salir. No quería preocuparle y tampoco quería darle tanta importancia al suceso.

El fin de semana llegó de nuevo y sorprendentemente, no se vio interrumpido por ninguna llamada misteriosa. De hecho, no había recibido ninguna de esas llamadas desde hacía días, pensé sentada en el suelo mientras contemplaba el cielo oscuro. De golpe me acordé.

El móvil.

Debido al incidente de Sharon, se me había olvidado por completo que debía haber ido a recoger mi teléfono hace ya casi tres semanas Poniendo los ojos en blanco exasperada, me apunté en la agenda que iría mañana mismo. Siendo sincera, no me importaba demasiado no haber recogido el móvil a tiempo. Habían sucedido tantas cosas en tan poco tiempo, que ese pequeño detalle no era más que un grano de arena en el inmenso mar de mi vida. Un asunto irrelevante y relegado a un segundo plano.

Después de casi treinta minutos de espera, asumí que le había surgido algo y no podía venir a recogerme. Levantándome del suelo miré al bosque frente a mis ojos. No sabía que esperaba ver. Pero tenía la sensación de que me estaban observando. No era una sensación agradable como cuando me vigilaba ese lobo de pelaje oscuro. Esa sensación me revolvió el estómago y se me erizaron los pelos del brazo. Parecía un gato en alerta. Para quitarle hierro al asunto, me reí por lo estúpida que era. Seguramente solo estaba nerviosa. Era la primera vez en mucho tiempo que regresaba sola a casa. Por esa razón decidí no agobiarme de más. No siempre mis paranoias tenían porque ser ciertas. Así que ignorando a mis sentidos, me fui a mi casa con calma.


•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

¿Os habéis dado cuenta de algo?

[Votar y comentar si os gusta ¡Son dos segundos!]

[Votar y comentar si os gusta ¡Son dos segundos!]

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
La Perdición del Lobo [1] ✔Where stories live. Discover now